“Soy sucio. Los piojos me roen. Los cerdos vomitan al mirarme. Las costras y las escaras de la lepra han convertido en escamosa mi piel cubierta de pus amarillenta. No conozco el agua de los ríos ni el rocío de las nubes. En mi nuca crece, como estercolero, un hongo enorme de pedúnculos umbelíferos. Sentado en un mueble informe no he movido mis miembros desde hace cuatro siglos.”
Lautreamont
“Maldoror”, Canto IV, estrofa 4.
“Me hundiré con el continente que habito, con mi siglo y con mi pueblo, con la tierra entera y sus planetas, con los ejércitos de los ejércitos, rugiendo, en el espantoso océano infinito que soy y del cual soy náufrago, (…)”
Pablo de Rokha
“Le satyre chanta le terre monstrueuse”
Victor Hugo
a Ethienne A. Fernández Castillo,
hermano y pregonero,
perdido a la amanecida del tiempo.
Prologo-Manifiesto estético
“SOBRE LA NECESIDAD DE LA POESIA NEGRA”
“Estamos mas solos cuando vivimos el mito”
Alejandro Magno
Las pulsiones y el debate interno de estas por liberarse, conflicto que se desarrolla en las simas inaccesibles por la normalidad, la evocación de los instintos criminales, las bases del morbo, la angustia y el sentimiento trágico mediante el cual se revela la vida humana en toda su intensidad, la sublimación de los deseos o el arte como tal, el peligro como la negación de la angustia y el peligro sublimado como placer, el combate a ciertos elementos de “angustiosidad” occidental como la religión y sus aliados naturales, la burguesía, el estado, el fascismo y el capitalismo, la rigurosidad del sentido de creación y visto este último como el sexto sentido no desarrollado de la mente humana... convertido en un deber de la misma. Tal es la larga y gigantesca ponencia que anima a lo que debemos denominar como el fenómeno de la Poesía Negra, mas bien, “evento” de poesía, circunstancia mediante la cual el espíritu tiende a la liberación de sus ataduras a través de la concepción libre de postulados estéticos que digan relación con la rigurosidad de la experimentación sensorial.
Tal necesidad de la Poesía Negra, una necesidad que trasciende (o ha trascendido) la variable de los tiempos históricos, puede verse fundamentada en hechos claros que en ningún momento revisten características de situaciones fácticas; Las corrientes de pensamiento que traspasaron la sociedad y que lograron transformarlas para cambios del bien común tendieron a un solo fin y que es el de la libertad del hombre: Sócrates padeció bebiendo la cicuta por orden del estado ateniense acusándosele de “corromper a la juventud” y fue Sócrates quien educó a Platón y este a Aristóteles e incluso, para ser mucho mas básicos al respecto, Tomás se sirve de las enseñanzas aristotélicas para fundar la escolástica y abusar de la fe fundamentándola en la calidad humana de la filosofía clásica. En Roma, el gran Plauto tenía que leer sus obras dramáticas y satíricas al decadente período de fines de la República en medio del polvillo de harina de la panadería en la cual trabajaba para no morir de hambre mientras que en pleno Renacimiento la representación de sus obras eran aplaudidas a rabiar por un público cada vez mas afecto al ideal clásico de la belleza. No habrá referencia al oscuro período del Medioevo sino a un solo hecho y que es el del tristemente célebre alzamiento de la “Jacquerie” en Francia, reivindicación campesina por una justa repartición de la tierra; Galileo fue perseguido por la grotesca Inquisición ante sus descubrimientos y teorías... los aborígenes americanos fueron declarados seres “sin alma” por la Santa Iglesia Católica, condición que hasta no hace mucho aun detentaban... la Revolución Francesa, llamada “la Revolución Burguesa” y que partió como una reivindicación de los derechos individuales y colectivos frente a la tiranía y la miseria de un pueblo francés cada vez mas empobrecido, degeneró en la catástrofe aventurera de un Napoleón ególatra y reaccionario... y en el terreno de las ideas, el ideal de ilustración y libre conciencia fue aplastado en toda su dimensión por la censura y el oscurantismo.
Pero las ideas, si, las ideas, no han logrado sucumbir ante los atentados a mansalva de las instituciones aludidas en estos mórbidos pasajes del discurso histórico y esto tiene que ver en directo con la Poesía Negra.
La poesía Negra no es una escuela estética nueva. De ningún modo. Son las diversas teorías y conversaciones estéticas concernientes a las vanguardias de principios del siglo XX.
Animados los artistas por un afán subversivo, -en verdad, un afán verdadero- el discurso Dadá de la necesaria destrucción de los sistemas, el rigor intelectual-artístico del surrealismo y la conexión psicoanalítica a la luz de Freud representan el grado de perfección de los sistemas del cálculo de la personalidad; de lo anterior, fácil y seriamente se plantea a la mente humana como una máquina perfecta, disciplinada y rigurosa cuando se alza en la superioridad de los deseos. La liberación de las pulsiones y el quiebre emocional-cultural profundo que se manifiesta en los instintos no puede ser mas grave y doloroso para el individuo que lo sufre y siente, pero la recompensa es la libertad.
Existe tanta ciencia en el descubrimiento de la penicilina de Fleming como en la Tercera Sinfonía “Eroica” de Beethoven porque para ambos, tras años de estudio y rigurosidad de enfrentar los problemas de los hombres, los dos animados por el miedo horroroso a la muerte –revelado en la angustia y la negación de esta en el placer, que mas adelante se fundamentará- se dejan elevar en la evanescencia de la mente para rebelarse ante los terrores de morir en la mas absoluta indefensión frente al tiempo... y los debates siniestros en las oscuras horas del sueño y la vigilia atroz por llegar al final de sus proposiciones hizo de sus mentes un constructo preparado para una guerra que tendrían que librar contra la angustia, o dicho sea de paso, contra las instituciones que en gran medida y que en nuestros tiempos, la provocan. Nuestros héroes quizás triunfaron y en ese triunfo se manifestaron las características de lo negro.
Nada así, debe estar ajeno a lo negro, pues como se señaló con los ejemplos inscritos en nuestra historia occidental, la rebelión en el campo de las ideas no es solo contra las pulsiones que todos escondemos en los márgenes mas inexpugnables de la personalidad sino contra el “establishment”, el status quo de las instituciones y de los valores que destruyen la vida, la esencia de las cosas. Porque contemplar el paso del tiempo a la vera del camino no es mas que sentirse aliviado de no intervenir en el seguro curso de la existencia... pero es el seguro curso de la muerte lo que se contempla, desdichado lector. Sí, es la seguridad de vérselas con lo plenamente humano y que es la capacidad libertadora del espíritu. Porque así el homicida se creyó libre al enterrar su daga y verse chorreado de la sangre de su víctima, suceso que no dura mas que segundos y que es el deleitarse mirando la expiración del caído. El asesino actuó dominado por su afán de placer, desde lo negro. Entonces, aquél que observa al borde de la vía el transcurso de su existencia, en la angustia de creerse tan vivo... ¿No tiene derecho a la libertad? ¿No le es inherente el ignorar la sentencia de romper contra los cánones que le provocan ese miedo, esa incertidumbre de saberse perdido ante la seguridad de la muerte? ¿Tiene derecho, lector mío, ese ser humano de rebelarse y actuar en su tiempo, no para ganarle a la vida, sino para destruir lo que niega la vida y actuar desde el placer? Toda gracia viene del propio ser humano y esa gracia le permitió al hombre desterrar ciertas imágenes, aun muy presentes pero mas débiles que en su entonces, como Dios, las leyes, los déspotas y el clero, ente castrador de tantas generaciones brillantes.
La revolución, la subversión, el paraíso en la tierra, la patria universal de los trabajadores, ese sueño tan acariciado y en cuyo nombre se han alzado tanto hombres del mundo parece haber caído en el bolsillo roto de las ilusiones insulsas. Parece, amigo mío lector... parece. Y digo que parece por que las ideas, aunque estén sin acción, esperan su momento de saltar con el fusil brioso de la liberación y la Poesía Negra, la verdadera poesía –porque quien no entienda a la Poesía Negra como el único destino posible de toda la poesía es un oligofrénico patológico- siempre ha estado allí, segura de sus ejércitos. Porque en este tema, la calidad subversiva del poeta negro, el carácter terrorista de la pluma y el agudo filo de la palabra acertada es, reconozcámoslo, mas letal que el necesario cianuro. Y ese actuar desde lo negro que es la liberación del hombre de toda clase de trabas atentatorias contra la felicidad y el placer es el mismo que el del acto poético.
Así entonces, reconocer que subversión y poesía es y ha sido una ecuación omnipresente en toda época de los tiempos de occidente es ya un gran paso. Yo recuerdo una clara y lúcida sentencia del gran poeta Pablo de Rokha: “La batalla de la vida esta perdida de antemano, pero lo heroico es ganarla” y recuerdo ciertamente, mi amable pero desgraciado amigo lector, cuán verídico y cuánto contenido de lo negro hay en esa frase, cuánto de poesía negra y cuánto de certeza histórica se avizoran en ese grito desgarrado de terror vital, de miedo pero de gran entereza y rebelión. Increíblemente esas letras cruzan todo el discurso que trato de fundamentar, quizás también, y por qué no decirlo, tan lleno de contradicciones que a la vez lo hacen creíblemente tan humano.
Ahora, he hablado de lo negro como el placer. Pero no es un placer derivado de una necesidad intrínseca del hombre por olvidarlo todo, un hedonismo desenfrenado como tiene el capitalismo esclavizado al hombre de hoy. Y la formula para poder explicar que la necesidad de lo negro es tan humana como el agua que nos mantiene con nuestros cinco sentidos declarados en plenitud abiertos, es sublimemente simple. Ha existido siempre una preocupación por el ser, hacia dónde camina y la necesidad única del ser, la naturaleza denominada como ontológica. El ser para muchos se podría revelar en variadas proposiciones, pero esta discusión ha llegado para felicidad de todos, a su fin: la nada. El ser se revela en la nada, y esa nada es la angustia ante la única certeza que es la muerte. Los últimos tiempos de la filosofía se concentraron en estas afirmaciones pero es Heidegger quien resulta ser el mas claro al respecto.
Denominado el ser como Dasein, hombre en su existencia, se sitúa frente a la vida como un individuo que se va haciendo ante un todo de posibilidades para elegir, se va perfeccionando, si lo quiere, en su caminar frente al tiempo y su temporalidad que constituye un elemento propio de este Dasein, pero indeclinablemente se da cuenta que es finito, que todo proyecto en la existencia está trunco ante ese ente que es la nada, ese hecho ineludible como la muerte. La angustia es temor, este último es temor a algo, la angustia es de la nada: “Todo hombre, desde que nace, es ya lo suficientemente viejo como para morirse”. La muerte es esa nada en lo que se revela la vida.
Y amigo mío lector, vos te preguntaréis ¿Qué tiene que ver el placer ante todo esto? Toda decisión tomada por el hombre esta tomada desde la óptica del placer pues éste es la negación de la angustia producida por el terror a la nada que es, en definitiva, la muerte. Y el placer esta íntimamente relacionado con lo negro, pues el placer y sus actitudes están siempre reñidas con toda moral pues lo negro es inmoral y antiético, resultando una enmarañada cadena que se libera desde las pulsiones; el Psicoanálisis es mas claro al respecto sosteniendo que la madre de todas las patologías, la Neurosis, es desencadenada en gran medida gracias a la responsabilidad de la pugna horrible que se desarrolla en la mente humana por liberar estos deseos a toda costa, pero muchas veces irremediablemente frenados por la estructura del yo de la personalidad. Al liberarse las pulsiones para la obtención del placer se produce el fenómeno de lo negro. Consecuentemente, todo instinto, toda luz, todo fuego y todo impulso que proviene desde los deseos, el crimen y la subversión son lo mismo y es ahí donde está en juego la libertad humana. Tomando la bandera de la defensa de la vida de Nietzche –que es lo único cierto que tenemos fuera de la muerte- existe una posibilidad bien determinada mi querido amigo lector, de que seamos en esencia mas dionisiacos en nuestro ello y patológicamente apolíneos en nuestro yo. Y la Poesía Negra es eso, libertad y subversión, homicidio y terrorismo, voluntad e impulso... Bacum omni obra. Entonces, en el superyo, debiese estar lo terrible y convulso, Ares, el guerrero, para quien toda lógica está supeditada al arte de la guerra y el conflicto.
El impulso de creación, no necesariamente es un impulso de belleza. La estética puede ser que se defina como la perfección de la formas, pero yo, estimadísimo lector, debo hablar ante vos con toda la fuerza de mi verdad. Digo y sostengo que la estética es limitada, pues es en verdad la perfección de las formas, pero de las formas evidentes, jamás del esfuerzo intelectual. Falsa y retrógrada es la obra de arte bella en extremo cuando el conflicto del artista por darla a la luz debe haber sido un parto desgarrador como madre primeriza o como grito de virgen desflorada con virulencia. La estética hasta no hace mucho representó y se dio en opinar solo esas perfecciones, pero gracias a las vanguardias, el instinto creador desde las remotas regiones de la mente apareció con su redentor salvoconducto de libertad y alivio.
Para la Poesía Negra, no hay estética de la belleza ni estética de las formas, porque para el poeta negro solo hay liberación de pulsiones en su hacer poético y que una vez liberadas y emergidas a las aguas ácidas del mundo se enfrentan a las verdades de la disciplina y la rigurosidad del conocimiento; la belleza se presenta retorcida, gárrula, horrible y a veces hasta marginal, pero hace de estas afloraciones rigor en la búsqueda del alivio mediante el placer. Para el poeta negro no existe el poema. Sí, no hay poema ni versos sino el acto poético, porque la poesía es un hecho, una condición, un estado mental y el poema es sólo el metabolismo del poeta. Todo poeta debe entender esta condición como rebelión ante las formas del arte que han venido heredadas por los entes generadores de la angustia como por ejemplo el capitalismo o la iglesia.
La Poesía Negra produce obras de arte genuinas y rigurosas, preparadas muy bien ante los ataques que ha de sufrir por las instituciones; debe irrumpir en todo los escenarios posibles dando a conocer sus discurso de libertad del hombre y de los nuevos tiempos para la poesía que debe nutrirse, repito, de lo negro y lo negro reside en lo mas profundo de la personalidad. El poeta negro hace poesía desde su esencia mas fina y debe luchar por expulsar las fuerzas tempestuosas día y noche, mas la última, la verdad; debe portar carabinas en su diario acontecer, debe alzar la bandera de la rebelión como también del estudio y la disciplina y ante todo, ser poeta, pero ser poeta negro. Aquí yo recuerdo a Jorge Teillier en su afirmación sobre el ser y la misión del aedo: “El poeta es el guardián del mito hasta que lleguen tiempos mejores”. Y cómo no, mi amigo lector. Como no va a usted a coincidir con esta afirmación considerando a la poesía como el mito, como la exaltación a una divinidad inconfesable, como querer tener en las manos mas dedos que estrellas desconocidas se reflejan en las turbulentas aguas del tiempo.
La Poesía Negra, la autentica poesía, es la plástica de los que están al fondo de todo, en lo recóndito de la marginalidad humana, en lo subversivo del pensamiento y de las situaciones, en la amargura vital ante el terror de las cosas perdidas, de las personalidades desenfrenadas imbuidas de ese fracaso vital, recurrente y veraz, de la situación mental extrema, perdida en el pozo sin fondo de la desesperación ante la desesperanza, la poesía de error y del terror, del miedo, la opresión y del destino desmemoriado de las masas mendicantes… de la soberanía indisoluble del riesgo y de la insaciable sed criminal de la destrucción y de la autodestrucción, del fin corpóreo y del alivio de la angustia. Para los que viven en el fondo de todo vórtice, en el excremento de las ciudades y al fragor del delirium tremens voluntario, voluntarioso y casualmente accidental. La Poesía Negra es para ellos, para los que están desprovistos de aquella eternidad maldita del canto absurdo, cobarde, andrógino, casto y puro.
Y arriesgando toda la piel sensiblemente punible... malvenidas las almas errabundas que osan penetrar en las heridas lágrimas de las tinieblas de la poesía bebiendo de su veneno, aguzando su puñal, porque ella es negra como el espíritu y llora como la ramera Virgen desflorada... para siempre... porque ha perdido su alma y esta vuela libre... porque ha descubierto que es negra, ¡que siempre ha sido negra! que se perderá en los márgenes mas remotos del recuerdo. Si, negra, muy negra y para siempre...
Dios no permitió la videncia a los poetas, pero Rimbaud desafió a Dios y lo asesinó de una formidable estocada permitiendo la videncia a todos los poetas desde entonces. Y los destinos negros, la inoculación del veneno a las letras no tardó en contaminar con su lepra benévola al espíritu del mundo quitándole el sueño y robándole a zarpazos el alma desde su litera.
La alucinación, el demonio de la irracionalidad, la sensualidad del desacato a la prohibición, son todos ellos los baluartes de la condición humana creadora pues para crear, la mente debe explorar… debe recorrer las cárceles en búsqueda de los peores criminales para luego en detención, escudriñar morbosamente en sus impulsos y comprender el desarrollo y consecuencias del acto homicida. Así, consecuentemente y como una cadena en el crimen, el poeta negro debe darse en visitar los cementerios y sus fosas comunes, recoger huesos sueltos y sentarse con ellos posicionándolos alrededor, como en asamblea “shakespeareana” y escribir, escribir… escribir tanto como se ama la muerte y contemplar en la desecración humana de la nada, la miseria del ser. Entonces es ahí cuando el poeta negro, en consecuencia –repito- con sus deberes intelectuales muchas veces reñidos con la moral, que siempre debe serle ajena, ha de disparar contra el mundo sus mejores poemas llenos de tedio, rabia, dolor terrenal, horrores y ante todo, oscuridad sensorial, esa oscuridad que debe acompañarle siempre como el instinto sexual y que no ha de abandonar nunca ni menos, reprimirlo.
Y como siempre el poeta, que a decir del gran Baudelaire –loco, delirante y genial- “Cuando por mandato de un supremo poder, aparece el poeta en este mundo hastiado” busca, sí, busca las supremas vivencias en sus viajes, pues como es vidente y enajenado, mas no consigo mismo, otra de su obligaciones es conocer los parajes mas recónditos del globo. El poeta negro en su afán de encontrar la piedra maldita de la poesía, ha recorrer comarcas y hacer víctima de sus peores maledicencias a quien no le tienda la mano en su cruzada negra por liberar al arte de las cadenas que siempre la han atado en esa cima del monte que es la personalidad colectiva de los hombres modernos.
En el instante mismo de la renuncia a todo, el olvido del pecado y de asumirse uno solo como el ídolo propio que siempre ha sido, la conciencia transformada por obra del ello en plenitud a través del pensamiento libre del impulso inconsciente, único y verdadero, puede que se encuentre débil pues se le ve desnuda, sin otro artilugio exterior que asumirse podrida en la vergüenza social; se despojaría perfecta la personalidad del poeta negro si no tuviera que reclamar para sí la propiedad de la belleza elevada a la mas alucinante de las categorías. Es recién ahí que el conflicto expuesto puede acarrear la desgracia definitiva, eterna diría yo. Pero no hay de qué preocuparse pues para la Poesía Negra la planificación de sus actos, mas que espontáneos, son deberes recíprocos entre el poeta negro y la Poesía Negra. El suicidio es para el poeta negro, mas que un derecho, un deber. Tales son los dos únicos caminos en el deber del verdadero poeta negro.
Toda muerte es solo el trámite hacia la seguridad de no estrellarse lentamente hacia la nada, sino evitar ser laceado por ese jinete que es el Demonio y que reside a “piacere” en la habitación de todo poeta negro y que es desaseada a la manera de cloaca pues debe estar decorada por el desorden y por cadáveres que el aedo ha recogido en sus caminatas diarias por el cementerio de la aldea de la cual es originario. Yo digo aquí que el poeta negro no debe ser laceado sino él lacear a este demonio y montarlo y cabalgar sobre las naciones sacándole las tripas con la espada del idioma a lo que niega el placer, porque el asesinato y el incendio serán placer en la medida que el poeta negro azuce a las masas con este fuego que es la Poesía Negra.
Poesía Negra, subversión mediante el horror y la rebelión frente a la nada.
Lautreamont
“Maldoror”, Canto IV, estrofa 4.
“Me hundiré con el continente que habito, con mi siglo y con mi pueblo, con la tierra entera y sus planetas, con los ejércitos de los ejércitos, rugiendo, en el espantoso océano infinito que soy y del cual soy náufrago, (…)”
Pablo de Rokha
“Le satyre chanta le terre monstrueuse”
Victor Hugo
a Ethienne A. Fernández Castillo,
hermano y pregonero,
perdido a la amanecida del tiempo.
Prologo-Manifiesto estético
“SOBRE LA NECESIDAD DE LA POESIA NEGRA”
“Estamos mas solos cuando vivimos el mito”
Alejandro Magno
Las pulsiones y el debate interno de estas por liberarse, conflicto que se desarrolla en las simas inaccesibles por la normalidad, la evocación de los instintos criminales, las bases del morbo, la angustia y el sentimiento trágico mediante el cual se revela la vida humana en toda su intensidad, la sublimación de los deseos o el arte como tal, el peligro como la negación de la angustia y el peligro sublimado como placer, el combate a ciertos elementos de “angustiosidad” occidental como la religión y sus aliados naturales, la burguesía, el estado, el fascismo y el capitalismo, la rigurosidad del sentido de creación y visto este último como el sexto sentido no desarrollado de la mente humana... convertido en un deber de la misma. Tal es la larga y gigantesca ponencia que anima a lo que debemos denominar como el fenómeno de la Poesía Negra, mas bien, “evento” de poesía, circunstancia mediante la cual el espíritu tiende a la liberación de sus ataduras a través de la concepción libre de postulados estéticos que digan relación con la rigurosidad de la experimentación sensorial.
Tal necesidad de la Poesía Negra, una necesidad que trasciende (o ha trascendido) la variable de los tiempos históricos, puede verse fundamentada en hechos claros que en ningún momento revisten características de situaciones fácticas; Las corrientes de pensamiento que traspasaron la sociedad y que lograron transformarlas para cambios del bien común tendieron a un solo fin y que es el de la libertad del hombre: Sócrates padeció bebiendo la cicuta por orden del estado ateniense acusándosele de “corromper a la juventud” y fue Sócrates quien educó a Platón y este a Aristóteles e incluso, para ser mucho mas básicos al respecto, Tomás se sirve de las enseñanzas aristotélicas para fundar la escolástica y abusar de la fe fundamentándola en la calidad humana de la filosofía clásica. En Roma, el gran Plauto tenía que leer sus obras dramáticas y satíricas al decadente período de fines de la República en medio del polvillo de harina de la panadería en la cual trabajaba para no morir de hambre mientras que en pleno Renacimiento la representación de sus obras eran aplaudidas a rabiar por un público cada vez mas afecto al ideal clásico de la belleza. No habrá referencia al oscuro período del Medioevo sino a un solo hecho y que es el del tristemente célebre alzamiento de la “Jacquerie” en Francia, reivindicación campesina por una justa repartición de la tierra; Galileo fue perseguido por la grotesca Inquisición ante sus descubrimientos y teorías... los aborígenes americanos fueron declarados seres “sin alma” por la Santa Iglesia Católica, condición que hasta no hace mucho aun detentaban... la Revolución Francesa, llamada “la Revolución Burguesa” y que partió como una reivindicación de los derechos individuales y colectivos frente a la tiranía y la miseria de un pueblo francés cada vez mas empobrecido, degeneró en la catástrofe aventurera de un Napoleón ególatra y reaccionario... y en el terreno de las ideas, el ideal de ilustración y libre conciencia fue aplastado en toda su dimensión por la censura y el oscurantismo.
Pero las ideas, si, las ideas, no han logrado sucumbir ante los atentados a mansalva de las instituciones aludidas en estos mórbidos pasajes del discurso histórico y esto tiene que ver en directo con la Poesía Negra.
La poesía Negra no es una escuela estética nueva. De ningún modo. Son las diversas teorías y conversaciones estéticas concernientes a las vanguardias de principios del siglo XX.
Animados los artistas por un afán subversivo, -en verdad, un afán verdadero- el discurso Dadá de la necesaria destrucción de los sistemas, el rigor intelectual-artístico del surrealismo y la conexión psicoanalítica a la luz de Freud representan el grado de perfección de los sistemas del cálculo de la personalidad; de lo anterior, fácil y seriamente se plantea a la mente humana como una máquina perfecta, disciplinada y rigurosa cuando se alza en la superioridad de los deseos. La liberación de las pulsiones y el quiebre emocional-cultural profundo que se manifiesta en los instintos no puede ser mas grave y doloroso para el individuo que lo sufre y siente, pero la recompensa es la libertad.
Existe tanta ciencia en el descubrimiento de la penicilina de Fleming como en la Tercera Sinfonía “Eroica” de Beethoven porque para ambos, tras años de estudio y rigurosidad de enfrentar los problemas de los hombres, los dos animados por el miedo horroroso a la muerte –revelado en la angustia y la negación de esta en el placer, que mas adelante se fundamentará- se dejan elevar en la evanescencia de la mente para rebelarse ante los terrores de morir en la mas absoluta indefensión frente al tiempo... y los debates siniestros en las oscuras horas del sueño y la vigilia atroz por llegar al final de sus proposiciones hizo de sus mentes un constructo preparado para una guerra que tendrían que librar contra la angustia, o dicho sea de paso, contra las instituciones que en gran medida y que en nuestros tiempos, la provocan. Nuestros héroes quizás triunfaron y en ese triunfo se manifestaron las características de lo negro.
Nada así, debe estar ajeno a lo negro, pues como se señaló con los ejemplos inscritos en nuestra historia occidental, la rebelión en el campo de las ideas no es solo contra las pulsiones que todos escondemos en los márgenes mas inexpugnables de la personalidad sino contra el “establishment”, el status quo de las instituciones y de los valores que destruyen la vida, la esencia de las cosas. Porque contemplar el paso del tiempo a la vera del camino no es mas que sentirse aliviado de no intervenir en el seguro curso de la existencia... pero es el seguro curso de la muerte lo que se contempla, desdichado lector. Sí, es la seguridad de vérselas con lo plenamente humano y que es la capacidad libertadora del espíritu. Porque así el homicida se creyó libre al enterrar su daga y verse chorreado de la sangre de su víctima, suceso que no dura mas que segundos y que es el deleitarse mirando la expiración del caído. El asesino actuó dominado por su afán de placer, desde lo negro. Entonces, aquél que observa al borde de la vía el transcurso de su existencia, en la angustia de creerse tan vivo... ¿No tiene derecho a la libertad? ¿No le es inherente el ignorar la sentencia de romper contra los cánones que le provocan ese miedo, esa incertidumbre de saberse perdido ante la seguridad de la muerte? ¿Tiene derecho, lector mío, ese ser humano de rebelarse y actuar en su tiempo, no para ganarle a la vida, sino para destruir lo que niega la vida y actuar desde el placer? Toda gracia viene del propio ser humano y esa gracia le permitió al hombre desterrar ciertas imágenes, aun muy presentes pero mas débiles que en su entonces, como Dios, las leyes, los déspotas y el clero, ente castrador de tantas generaciones brillantes.
La revolución, la subversión, el paraíso en la tierra, la patria universal de los trabajadores, ese sueño tan acariciado y en cuyo nombre se han alzado tanto hombres del mundo parece haber caído en el bolsillo roto de las ilusiones insulsas. Parece, amigo mío lector... parece. Y digo que parece por que las ideas, aunque estén sin acción, esperan su momento de saltar con el fusil brioso de la liberación y la Poesía Negra, la verdadera poesía –porque quien no entienda a la Poesía Negra como el único destino posible de toda la poesía es un oligofrénico patológico- siempre ha estado allí, segura de sus ejércitos. Porque en este tema, la calidad subversiva del poeta negro, el carácter terrorista de la pluma y el agudo filo de la palabra acertada es, reconozcámoslo, mas letal que el necesario cianuro. Y ese actuar desde lo negro que es la liberación del hombre de toda clase de trabas atentatorias contra la felicidad y el placer es el mismo que el del acto poético.
Así entonces, reconocer que subversión y poesía es y ha sido una ecuación omnipresente en toda época de los tiempos de occidente es ya un gran paso. Yo recuerdo una clara y lúcida sentencia del gran poeta Pablo de Rokha: “La batalla de la vida esta perdida de antemano, pero lo heroico es ganarla” y recuerdo ciertamente, mi amable pero desgraciado amigo lector, cuán verídico y cuánto contenido de lo negro hay en esa frase, cuánto de poesía negra y cuánto de certeza histórica se avizoran en ese grito desgarrado de terror vital, de miedo pero de gran entereza y rebelión. Increíblemente esas letras cruzan todo el discurso que trato de fundamentar, quizás también, y por qué no decirlo, tan lleno de contradicciones que a la vez lo hacen creíblemente tan humano.
Ahora, he hablado de lo negro como el placer. Pero no es un placer derivado de una necesidad intrínseca del hombre por olvidarlo todo, un hedonismo desenfrenado como tiene el capitalismo esclavizado al hombre de hoy. Y la formula para poder explicar que la necesidad de lo negro es tan humana como el agua que nos mantiene con nuestros cinco sentidos declarados en plenitud abiertos, es sublimemente simple. Ha existido siempre una preocupación por el ser, hacia dónde camina y la necesidad única del ser, la naturaleza denominada como ontológica. El ser para muchos se podría revelar en variadas proposiciones, pero esta discusión ha llegado para felicidad de todos, a su fin: la nada. El ser se revela en la nada, y esa nada es la angustia ante la única certeza que es la muerte. Los últimos tiempos de la filosofía se concentraron en estas afirmaciones pero es Heidegger quien resulta ser el mas claro al respecto.
Denominado el ser como Dasein, hombre en su existencia, se sitúa frente a la vida como un individuo que se va haciendo ante un todo de posibilidades para elegir, se va perfeccionando, si lo quiere, en su caminar frente al tiempo y su temporalidad que constituye un elemento propio de este Dasein, pero indeclinablemente se da cuenta que es finito, que todo proyecto en la existencia está trunco ante ese ente que es la nada, ese hecho ineludible como la muerte. La angustia es temor, este último es temor a algo, la angustia es de la nada: “Todo hombre, desde que nace, es ya lo suficientemente viejo como para morirse”. La muerte es esa nada en lo que se revela la vida.
Y amigo mío lector, vos te preguntaréis ¿Qué tiene que ver el placer ante todo esto? Toda decisión tomada por el hombre esta tomada desde la óptica del placer pues éste es la negación de la angustia producida por el terror a la nada que es, en definitiva, la muerte. Y el placer esta íntimamente relacionado con lo negro, pues el placer y sus actitudes están siempre reñidas con toda moral pues lo negro es inmoral y antiético, resultando una enmarañada cadena que se libera desde las pulsiones; el Psicoanálisis es mas claro al respecto sosteniendo que la madre de todas las patologías, la Neurosis, es desencadenada en gran medida gracias a la responsabilidad de la pugna horrible que se desarrolla en la mente humana por liberar estos deseos a toda costa, pero muchas veces irremediablemente frenados por la estructura del yo de la personalidad. Al liberarse las pulsiones para la obtención del placer se produce el fenómeno de lo negro. Consecuentemente, todo instinto, toda luz, todo fuego y todo impulso que proviene desde los deseos, el crimen y la subversión son lo mismo y es ahí donde está en juego la libertad humana. Tomando la bandera de la defensa de la vida de Nietzche –que es lo único cierto que tenemos fuera de la muerte- existe una posibilidad bien determinada mi querido amigo lector, de que seamos en esencia mas dionisiacos en nuestro ello y patológicamente apolíneos en nuestro yo. Y la Poesía Negra es eso, libertad y subversión, homicidio y terrorismo, voluntad e impulso... Bacum omni obra. Entonces, en el superyo, debiese estar lo terrible y convulso, Ares, el guerrero, para quien toda lógica está supeditada al arte de la guerra y el conflicto.
El impulso de creación, no necesariamente es un impulso de belleza. La estética puede ser que se defina como la perfección de la formas, pero yo, estimadísimo lector, debo hablar ante vos con toda la fuerza de mi verdad. Digo y sostengo que la estética es limitada, pues es en verdad la perfección de las formas, pero de las formas evidentes, jamás del esfuerzo intelectual. Falsa y retrógrada es la obra de arte bella en extremo cuando el conflicto del artista por darla a la luz debe haber sido un parto desgarrador como madre primeriza o como grito de virgen desflorada con virulencia. La estética hasta no hace mucho representó y se dio en opinar solo esas perfecciones, pero gracias a las vanguardias, el instinto creador desde las remotas regiones de la mente apareció con su redentor salvoconducto de libertad y alivio.
Para la Poesía Negra, no hay estética de la belleza ni estética de las formas, porque para el poeta negro solo hay liberación de pulsiones en su hacer poético y que una vez liberadas y emergidas a las aguas ácidas del mundo se enfrentan a las verdades de la disciplina y la rigurosidad del conocimiento; la belleza se presenta retorcida, gárrula, horrible y a veces hasta marginal, pero hace de estas afloraciones rigor en la búsqueda del alivio mediante el placer. Para el poeta negro no existe el poema. Sí, no hay poema ni versos sino el acto poético, porque la poesía es un hecho, una condición, un estado mental y el poema es sólo el metabolismo del poeta. Todo poeta debe entender esta condición como rebelión ante las formas del arte que han venido heredadas por los entes generadores de la angustia como por ejemplo el capitalismo o la iglesia.
La Poesía Negra produce obras de arte genuinas y rigurosas, preparadas muy bien ante los ataques que ha de sufrir por las instituciones; debe irrumpir en todo los escenarios posibles dando a conocer sus discurso de libertad del hombre y de los nuevos tiempos para la poesía que debe nutrirse, repito, de lo negro y lo negro reside en lo mas profundo de la personalidad. El poeta negro hace poesía desde su esencia mas fina y debe luchar por expulsar las fuerzas tempestuosas día y noche, mas la última, la verdad; debe portar carabinas en su diario acontecer, debe alzar la bandera de la rebelión como también del estudio y la disciplina y ante todo, ser poeta, pero ser poeta negro. Aquí yo recuerdo a Jorge Teillier en su afirmación sobre el ser y la misión del aedo: “El poeta es el guardián del mito hasta que lleguen tiempos mejores”. Y cómo no, mi amigo lector. Como no va a usted a coincidir con esta afirmación considerando a la poesía como el mito, como la exaltación a una divinidad inconfesable, como querer tener en las manos mas dedos que estrellas desconocidas se reflejan en las turbulentas aguas del tiempo.
La Poesía Negra, la autentica poesía, es la plástica de los que están al fondo de todo, en lo recóndito de la marginalidad humana, en lo subversivo del pensamiento y de las situaciones, en la amargura vital ante el terror de las cosas perdidas, de las personalidades desenfrenadas imbuidas de ese fracaso vital, recurrente y veraz, de la situación mental extrema, perdida en el pozo sin fondo de la desesperación ante la desesperanza, la poesía de error y del terror, del miedo, la opresión y del destino desmemoriado de las masas mendicantes… de la soberanía indisoluble del riesgo y de la insaciable sed criminal de la destrucción y de la autodestrucción, del fin corpóreo y del alivio de la angustia. Para los que viven en el fondo de todo vórtice, en el excremento de las ciudades y al fragor del delirium tremens voluntario, voluntarioso y casualmente accidental. La Poesía Negra es para ellos, para los que están desprovistos de aquella eternidad maldita del canto absurdo, cobarde, andrógino, casto y puro.
Y arriesgando toda la piel sensiblemente punible... malvenidas las almas errabundas que osan penetrar en las heridas lágrimas de las tinieblas de la poesía bebiendo de su veneno, aguzando su puñal, porque ella es negra como el espíritu y llora como la ramera Virgen desflorada... para siempre... porque ha perdido su alma y esta vuela libre... porque ha descubierto que es negra, ¡que siempre ha sido negra! que se perderá en los márgenes mas remotos del recuerdo. Si, negra, muy negra y para siempre...
Dios no permitió la videncia a los poetas, pero Rimbaud desafió a Dios y lo asesinó de una formidable estocada permitiendo la videncia a todos los poetas desde entonces. Y los destinos negros, la inoculación del veneno a las letras no tardó en contaminar con su lepra benévola al espíritu del mundo quitándole el sueño y robándole a zarpazos el alma desde su litera.
La alucinación, el demonio de la irracionalidad, la sensualidad del desacato a la prohibición, son todos ellos los baluartes de la condición humana creadora pues para crear, la mente debe explorar… debe recorrer las cárceles en búsqueda de los peores criminales para luego en detención, escudriñar morbosamente en sus impulsos y comprender el desarrollo y consecuencias del acto homicida. Así, consecuentemente y como una cadena en el crimen, el poeta negro debe darse en visitar los cementerios y sus fosas comunes, recoger huesos sueltos y sentarse con ellos posicionándolos alrededor, como en asamblea “shakespeareana” y escribir, escribir… escribir tanto como se ama la muerte y contemplar en la desecración humana de la nada, la miseria del ser. Entonces es ahí cuando el poeta negro, en consecuencia –repito- con sus deberes intelectuales muchas veces reñidos con la moral, que siempre debe serle ajena, ha de disparar contra el mundo sus mejores poemas llenos de tedio, rabia, dolor terrenal, horrores y ante todo, oscuridad sensorial, esa oscuridad que debe acompañarle siempre como el instinto sexual y que no ha de abandonar nunca ni menos, reprimirlo.
Y como siempre el poeta, que a decir del gran Baudelaire –loco, delirante y genial- “Cuando por mandato de un supremo poder, aparece el poeta en este mundo hastiado” busca, sí, busca las supremas vivencias en sus viajes, pues como es vidente y enajenado, mas no consigo mismo, otra de su obligaciones es conocer los parajes mas recónditos del globo. El poeta negro en su afán de encontrar la piedra maldita de la poesía, ha recorrer comarcas y hacer víctima de sus peores maledicencias a quien no le tienda la mano en su cruzada negra por liberar al arte de las cadenas que siempre la han atado en esa cima del monte que es la personalidad colectiva de los hombres modernos.
En el instante mismo de la renuncia a todo, el olvido del pecado y de asumirse uno solo como el ídolo propio que siempre ha sido, la conciencia transformada por obra del ello en plenitud a través del pensamiento libre del impulso inconsciente, único y verdadero, puede que se encuentre débil pues se le ve desnuda, sin otro artilugio exterior que asumirse podrida en la vergüenza social; se despojaría perfecta la personalidad del poeta negro si no tuviera que reclamar para sí la propiedad de la belleza elevada a la mas alucinante de las categorías. Es recién ahí que el conflicto expuesto puede acarrear la desgracia definitiva, eterna diría yo. Pero no hay de qué preocuparse pues para la Poesía Negra la planificación de sus actos, mas que espontáneos, son deberes recíprocos entre el poeta negro y la Poesía Negra. El suicidio es para el poeta negro, mas que un derecho, un deber. Tales son los dos únicos caminos en el deber del verdadero poeta negro.
Toda muerte es solo el trámite hacia la seguridad de no estrellarse lentamente hacia la nada, sino evitar ser laceado por ese jinete que es el Demonio y que reside a “piacere” en la habitación de todo poeta negro y que es desaseada a la manera de cloaca pues debe estar decorada por el desorden y por cadáveres que el aedo ha recogido en sus caminatas diarias por el cementerio de la aldea de la cual es originario. Yo digo aquí que el poeta negro no debe ser laceado sino él lacear a este demonio y montarlo y cabalgar sobre las naciones sacándole las tripas con la espada del idioma a lo que niega el placer, porque el asesinato y el incendio serán placer en la medida que el poeta negro azuce a las masas con este fuego que es la Poesía Negra.
Poesía Negra, subversión mediante el horror y la rebelión frente a la nada.
I
ICONOGRAFÍA
DEL
MURO DE LOS LAMENTOS
El muro de los lamentos...
catástrofe de Dios.
ICONOGRAFÍA
DEL
MURO DE LOS LAMENTOS
El muro de los lamentos...
catástrofe de Dios.
LA DERROTA FINAL DEL TIEMPO
“Seguiré junto a ese fuego que para mí
es el corazón del peligro. Después de todo
no encontraré mas rastros que esos que siempre deja
la nostalgia del adiós.”
Enrique Gómez-Correa
I
Dolorosa introspección viva de la memoria
Guardo en una vieja y acostumbrada taberna de mi mente
Los pequeños guijarros de dilatados viajes
Sepultados por las avalanchas de la ausencia
Arrumbados en las soeces bodegas que se duermen
En las playas inexpugnables de la memoria
Las ruinas del alejamiento
Las demoras de la tarde
Las inclemencias de amarillentos itinerarios retozando a la manera de escapularios
De la infancia raída
La depilación temprana de los delirios
El ambiente profanamente exquisito del error
La máquina demoledora de la gran luminosidad de las ciudades
Todo lo dejé de conocer a cambio de dos minutos con la realidad
Pero es entonces el amanecer desahuciado
Por la catalepsia de la imaginería que detesto
Que el tartamudeo inserto en los ropajes
Busca la lividez de este sopor enorme
Abunda en sus colosales ansias de marinería
El hedor inútil de la creación
Cuando rompen con sus martillos el silencio de las bestias inmundas
Que atosigan nuestro pretérito empeño de bestias inconscientes
De sus inmisericordes deudas y fracasos.
ORA PRO NOBIS
II
Conciencia de caída
Discuto la necesidad de una noche
Contra lo cierto de sus materias
Son abismos sus porosidades
Que profitan de la incertidumbre y trepanan nuestras desorientadas
Iluminaciones de cuervos estériles
Borrachos de pobreza elemental y cáustica
Tal vez fue por ello
Que la mirada de todos y a todo está cansada
Jamás han llegado los cigarrillos rotos
De la ciudadanía del océano
Hasta la desgastada ventana de la tarde
Sólo un viejo caballo en excéntrica carrera
Se estrelló contra una lámpara que quitó ternura a su cerebro
Las rosas robadas en eróticos cantos para ella
Una reina muerta en fragantes cartas de escritorio fútil
Cayeron laxas
Se las engulló furiosamente el primer aviador de turno
Un gorrión anciano de las comarcas marginales
Donde habitan los cactus heridos
Es verdad
El anillo de las épocas es el mismo
En las islas que aún no se buscan
Como en una pupila clavada en los muros
Del viejo puerto lacrimoso
Que anuncia su errático orgasmo
Con un impromptu de Chopin y sigue llorando
III
A una gitana maldita
Los masivos vicios de la carne estéril
Me conducen a los ácidos de tu bahía
Gitana infame
Degeneración de los arreboles
Sin conmiseración en la desgracia de los poetas hambrientos
Quisiera cumplir contigo lo que acostumbro
Para con los íconos sagrados:
Después de haberte contemplado en las mas variadas
Genuflexiones
Romper tus cabellos infectos tras mi embriaguez en ellos
Destrozar horriblemente tu armazón interna conmigo adentro
Quemar en el fuego del Dante tus lúgubres gemidos
Beatriz de la putrefacción
Y así contagiarte del asma que padecen las medusas
Cuando vomitan los llantos de los inviernos mas preferidos
A la distancia de tus insidiosos senos
Exprimirlos en desesperación como a los frutos víctimas
De la escarcha sobre la cual desangrarte
Arrojar al abismo de tus conjuros de la carne
La cicuta enferma del vértigo de morder tu luctuosa boca
Descuartizar las imágenes de la mentira demoníaca de tus ojos
Clavando vuestras pupilas a la proa de la nao
De mis placeres lúbricos
Hacer que las larvas del desenfreno
Socaven la intranquilidad siniestra de tus manos
Y en esplendoroso terremoto
Derrumbar los propileos de tus piernas piromaniacas
Reclamando exclusivo saqueo del templo orgiástico
Yacente en tus adentros delirantemente incendiarios
Del que te ufanas ante vuestros corrompidos adoradores
A quienes conduzco en mórbido ceremonial
Entonces así querría yo desvencijarte gitana malsana
Poco a poco y en duraderas jornadas
Para causarte un sufrimiento agrio como el que practicas
En tus criminales rituales del Estigia
Rasguñar sin la compasión de los dioses
La magia negra que reside en la fragua al fondo
De tus ojos miserables.
IV
Escisión definitiva de cuerpo y alma
La fumarola de un pájaro vencido
Asemeja la tentativa de un viejo wurlitzer
De rodar por los valles metálicos de su horizonte olvidadísimo
Caen los pantanos de la mañana
En la catarata sin control
De filmotecas perdidas
Desperté perdiéndolo todo
Con apostadores que no conocía
Aposté a mi mujer
Y mi vieja ánfora de rabias quemó las canciones
De la vigorosa fragata de este ateísmo consagrado
Tuve una mirada de archipiélagos robados y poderosos
Esa hembra cuyas fuertes y colosales piernas abiertas
Como jónicas columnas abrazaron mis echonas
En delirio frutal
Es la divinidad de jugos lúbricos y aéreos
Que menciono y busco en el frenesí de lo que no regresó.
Aquella fasta herrumbre y cuyos exóticos jugos bebí
En anárquicas jornadas me hicieron volver al Egeo
Como el sacerdote ritual mas próximo
Pútrido festival de blasones decadentes
Me llaman en colosal celebración
Yo animo sus juergas
Intimo con sus errores garrafales en el delito
Aplaudo sus determinantes voluntades
De arrancarles las cadenas
A las avalanchas que han fracasado con ellos
Terso e impávidamente monstruoso
Será el tiempo que camina por catacumbas
Que poseen bofedales y confunden el éter
Apresurando su paso torpe, febril y total.
ESCRIBO POR MI EXILIO
Hoy, la palabra no viene desde una bandera quemándose.
Ahora estoy ardiendo en vómitos sobre la columnata
del parque que me espera. Y en las antigüedades
y fierros retorcidos, el humo ya es sangre.
En el día, veo un mobiliario que se mece en los naipes
del caracol colgado a los televisores. Canta como
una ampolleta de invierno, en medio de la lluvia,
lejos del camino que no sosiega sus argumentos de
arena.
Porque las torres y palacios que pude construir
cuando dormía en la legalidad, yacen en el destino
suicida del eclipse errante.
Se pueden ver demasiadas luces desde este museo, se transforman
tantas sombras desde los hilos de la mesa, ellas se visten
de las mas amargas partituras como de un ángel ebrio;
los ladridos de los amigos nocturnos envejecen
sin remedio.
Y este es el nuevo sopor del que yo abundo. Lejos de
mis hechicerías y mis disfraces de mago seductor
en su ciencia de sepulcros abiertos, hoy
me retiro a los mas desgraciado de la guerra de mi época,
en la vanguardia visual y poderosa, que reconoce
ser un pintor fracasado de huracanes y academias,
inútil en todos los rodeos del fénix de la edad.
Así, se proyectan los árboles desnudos en el avión
mas próximo y no hay letra roja que no recuerde los
libros y discusiones abiertas que alguna vez
dieron motor a esos palacios proyectados; que no
hay legajos de archivos y papeles rotos que
no llamen a la amada, alguna vez amada en cuero, cuerpo
y alma, que no hay imagen que atraiga mástiles
de mármol viajando en su majestuosidad de cementerio,
también amado, sólo en alma.
Desapegado sobre las botellas mas exóticas, como de madera,
sobreviviente de combates circulares, el nuevo
aroma nace a lo inconcluso.
ANTE MI, UN CADAVER
Ante mí, un cadáver
Y el tiempo circuncidando
La escritura.
Los palacios crepitando la música de la Mar-Océano.
Ante mí, un cadáver.
Vamos a jugar con sus colores
En la noche de los sombreros
Las arañas van tipografiando
Las forma de sus rostros desaparecidos.
Vamos a navegar en los muros
Que se cosechan entre sí.
Estuve seguro en mi infancia
De que conocíamos las estrellas
Ahora que un avión pasa fumando
Sobre estos dominios de piedra
Estoy mas seguro
Que siempre fueron las hijas
De las estrellas muertas a quienes conocíamos.
Me ilumino en el cadáver.
Vamos a buscar sus formas
A reconstruir sus días demacrados
A investigar sus daguerrotipos
A resarcir la alquimia de sus olores
Y su vapor de espantos por la mañana.
Ante mí, un cadáver
El fango pordiosero de unos zapatos piromaniacos
Y el sonido de las piedras que caen
Sobre él para siempre.
Jugaremos al borde del incierto agujero
Labrado con el vaho del cadáver
Ojos y manos desprendidos.
Enciendo el explosivo cáncer
De la pestilencia desértica.
Ante mí, un cadáver
es el corazón del peligro. Después de todo
no encontraré mas rastros que esos que siempre deja
la nostalgia del adiós.”
Enrique Gómez-Correa
I
Dolorosa introspección viva de la memoria
Guardo en una vieja y acostumbrada taberna de mi mente
Los pequeños guijarros de dilatados viajes
Sepultados por las avalanchas de la ausencia
Arrumbados en las soeces bodegas que se duermen
En las playas inexpugnables de la memoria
Las ruinas del alejamiento
Las demoras de la tarde
Las inclemencias de amarillentos itinerarios retozando a la manera de escapularios
De la infancia raída
La depilación temprana de los delirios
El ambiente profanamente exquisito del error
La máquina demoledora de la gran luminosidad de las ciudades
Todo lo dejé de conocer a cambio de dos minutos con la realidad
Pero es entonces el amanecer desahuciado
Por la catalepsia de la imaginería que detesto
Que el tartamudeo inserto en los ropajes
Busca la lividez de este sopor enorme
Abunda en sus colosales ansias de marinería
El hedor inútil de la creación
Cuando rompen con sus martillos el silencio de las bestias inmundas
Que atosigan nuestro pretérito empeño de bestias inconscientes
De sus inmisericordes deudas y fracasos.
ORA PRO NOBIS
II
Conciencia de caída
Discuto la necesidad de una noche
Contra lo cierto de sus materias
Son abismos sus porosidades
Que profitan de la incertidumbre y trepanan nuestras desorientadas
Iluminaciones de cuervos estériles
Borrachos de pobreza elemental y cáustica
Tal vez fue por ello
Que la mirada de todos y a todo está cansada
Jamás han llegado los cigarrillos rotos
De la ciudadanía del océano
Hasta la desgastada ventana de la tarde
Sólo un viejo caballo en excéntrica carrera
Se estrelló contra una lámpara que quitó ternura a su cerebro
Las rosas robadas en eróticos cantos para ella
Una reina muerta en fragantes cartas de escritorio fútil
Cayeron laxas
Se las engulló furiosamente el primer aviador de turno
Un gorrión anciano de las comarcas marginales
Donde habitan los cactus heridos
Es verdad
El anillo de las épocas es el mismo
En las islas que aún no se buscan
Como en una pupila clavada en los muros
Del viejo puerto lacrimoso
Que anuncia su errático orgasmo
Con un impromptu de Chopin y sigue llorando
III
A una gitana maldita
Los masivos vicios de la carne estéril
Me conducen a los ácidos de tu bahía
Gitana infame
Degeneración de los arreboles
Sin conmiseración en la desgracia de los poetas hambrientos
Quisiera cumplir contigo lo que acostumbro
Para con los íconos sagrados:
Después de haberte contemplado en las mas variadas
Genuflexiones
Romper tus cabellos infectos tras mi embriaguez en ellos
Destrozar horriblemente tu armazón interna conmigo adentro
Quemar en el fuego del Dante tus lúgubres gemidos
Beatriz de la putrefacción
Y así contagiarte del asma que padecen las medusas
Cuando vomitan los llantos de los inviernos mas preferidos
A la distancia de tus insidiosos senos
Exprimirlos en desesperación como a los frutos víctimas
De la escarcha sobre la cual desangrarte
Arrojar al abismo de tus conjuros de la carne
La cicuta enferma del vértigo de morder tu luctuosa boca
Descuartizar las imágenes de la mentira demoníaca de tus ojos
Clavando vuestras pupilas a la proa de la nao
De mis placeres lúbricos
Hacer que las larvas del desenfreno
Socaven la intranquilidad siniestra de tus manos
Y en esplendoroso terremoto
Derrumbar los propileos de tus piernas piromaniacas
Reclamando exclusivo saqueo del templo orgiástico
Yacente en tus adentros delirantemente incendiarios
Del que te ufanas ante vuestros corrompidos adoradores
A quienes conduzco en mórbido ceremonial
Entonces así querría yo desvencijarte gitana malsana
Poco a poco y en duraderas jornadas
Para causarte un sufrimiento agrio como el que practicas
En tus criminales rituales del Estigia
Rasguñar sin la compasión de los dioses
La magia negra que reside en la fragua al fondo
De tus ojos miserables.
IV
Escisión definitiva de cuerpo y alma
La fumarola de un pájaro vencido
Asemeja la tentativa de un viejo wurlitzer
De rodar por los valles metálicos de su horizonte olvidadísimo
Caen los pantanos de la mañana
En la catarata sin control
De filmotecas perdidas
Desperté perdiéndolo todo
Con apostadores que no conocía
Aposté a mi mujer
Y mi vieja ánfora de rabias quemó las canciones
De la vigorosa fragata de este ateísmo consagrado
Tuve una mirada de archipiélagos robados y poderosos
Esa hembra cuyas fuertes y colosales piernas abiertas
Como jónicas columnas abrazaron mis echonas
En delirio frutal
Es la divinidad de jugos lúbricos y aéreos
Que menciono y busco en el frenesí de lo que no regresó.
Aquella fasta herrumbre y cuyos exóticos jugos bebí
En anárquicas jornadas me hicieron volver al Egeo
Como el sacerdote ritual mas próximo
Pútrido festival de blasones decadentes
Me llaman en colosal celebración
Yo animo sus juergas
Intimo con sus errores garrafales en el delito
Aplaudo sus determinantes voluntades
De arrancarles las cadenas
A las avalanchas que han fracasado con ellos
Terso e impávidamente monstruoso
Será el tiempo que camina por catacumbas
Que poseen bofedales y confunden el éter
Apresurando su paso torpe, febril y total.
ESCRIBO POR MI EXILIO
Hoy, la palabra no viene desde una bandera quemándose.
Ahora estoy ardiendo en vómitos sobre la columnata
del parque que me espera. Y en las antigüedades
y fierros retorcidos, el humo ya es sangre.
En el día, veo un mobiliario que se mece en los naipes
del caracol colgado a los televisores. Canta como
una ampolleta de invierno, en medio de la lluvia,
lejos del camino que no sosiega sus argumentos de
arena.
Porque las torres y palacios que pude construir
cuando dormía en la legalidad, yacen en el destino
suicida del eclipse errante.
Se pueden ver demasiadas luces desde este museo, se transforman
tantas sombras desde los hilos de la mesa, ellas se visten
de las mas amargas partituras como de un ángel ebrio;
los ladridos de los amigos nocturnos envejecen
sin remedio.
Y este es el nuevo sopor del que yo abundo. Lejos de
mis hechicerías y mis disfraces de mago seductor
en su ciencia de sepulcros abiertos, hoy
me retiro a los mas desgraciado de la guerra de mi época,
en la vanguardia visual y poderosa, que reconoce
ser un pintor fracasado de huracanes y academias,
inútil en todos los rodeos del fénix de la edad.
Así, se proyectan los árboles desnudos en el avión
mas próximo y no hay letra roja que no recuerde los
libros y discusiones abiertas que alguna vez
dieron motor a esos palacios proyectados; que no
hay legajos de archivos y papeles rotos que
no llamen a la amada, alguna vez amada en cuero, cuerpo
y alma, que no hay imagen que atraiga mástiles
de mármol viajando en su majestuosidad de cementerio,
también amado, sólo en alma.
Desapegado sobre las botellas mas exóticas, como de madera,
sobreviviente de combates circulares, el nuevo
aroma nace a lo inconcluso.
ANTE MI, UN CADAVER
Ante mí, un cadáver
Y el tiempo circuncidando
La escritura.
Los palacios crepitando la música de la Mar-Océano.
Ante mí, un cadáver.
Vamos a jugar con sus colores
En la noche de los sombreros
Las arañas van tipografiando
Las forma de sus rostros desaparecidos.
Vamos a navegar en los muros
Que se cosechan entre sí.
Estuve seguro en mi infancia
De que conocíamos las estrellas
Ahora que un avión pasa fumando
Sobre estos dominios de piedra
Estoy mas seguro
Que siempre fueron las hijas
De las estrellas muertas a quienes conocíamos.
Me ilumino en el cadáver.
Vamos a buscar sus formas
A reconstruir sus días demacrados
A investigar sus daguerrotipos
A resarcir la alquimia de sus olores
Y su vapor de espantos por la mañana.
Ante mí, un cadáver
El fango pordiosero de unos zapatos piromaniacos
Y el sonido de las piedras que caen
Sobre él para siempre.
Jugaremos al borde del incierto agujero
Labrado con el vaho del cadáver
Ojos y manos desprendidos.
Enciendo el explosivo cáncer
De la pestilencia desértica.
Ante mí, un cadáver
SEÑALES PERDIDAS
“He alcanzado el otoño total del pensamiento”
Charles Baudelaire
Había una señal
En las hojas de un volcán que volvían de la muerte
En orbe jugaba a ciegas
Saltando por el anillo del tiempo
Desperdicias la vida entera manoseando mástiles
De los que cuelgan las electricidades
De tu cerebro
Y se han llenado de semáforos
Las avenidas de nuestras existencias
Certero es el aire de marfil sangrante
Coronando la tarde coloquial de las golondrinas antiguas
Vamos a esgrimir angustia de mariposas
Un iceberg rojo gritará
Es el huracán de las edades de cemento
Amortigua el deseo y el licor de caracoles con sombrero
Pues es tan elegante que ha sido cosechado
De las arterias belicosas
En la caminata de una vieja broadcasting
Hemos de alcanzar la guerra-cerbatana de la tarde remota
De uvas ardiendo en esquizofrenia
Y Caronte nos llevará a las grandes casas
De la melancolía
Ahorcados de la tradición filosófica
De un Ágora indudable
Destino sobre destino
Aromáticas esencias en el reflejo de soles impúdicos
Disparos acribillando la cruz de tu vida
Dorados escritorios
Buscando a tus verdaderos padres
Descifrando sus olores a clavicordio herido
Te abrasan los vapores de muertos que reclaman un hogar
En el cerebro arrepentido
Por el camino de esa mañana
Ese infierno de la nada
Donde los hipopótamos corren
A hacerle el amor templos destartalados
Está el miedo de estrellas cañoneadas
Y el vómito de amores desesperados y desesperanzados
En la espera
El cielo se cubre con un lamento de basílicas
Es ella que viene desabotonándose el sostén
Y emerge una lámpara
Que te confunde de camino
Amas ese cuerpo y su tobogán
Sin ser Stravinsky o Piazzolla o Bach o Pachelbel o Albinoni
O Mozart o Beethoven o Brahms o Purcell o el buen Shubert
Todos ángeles de un aromático infierno
Le arrebatas a Satanás y a Dios
Esas melodías que dirigen la mar-océano
Pierdes la cuenta de los trenes que quemaron la noche
Y tu sueño
Debiéndole mas de algún daguerrotipo
Al maizal silvestre hijo de la lluvia
Él creció sin el permiso de las locomotoras
Pues hoy bebe cerveza
Y sus pies son más admirables que un maratonista
Sin haber peleado nunca contra los persas
Algún día tus ojos tendrán recuerdos
Y podrás darte cuenta de lo fácil que es
Perder la noción del tiempo
Cuando este se te ha caído de los dientes
No sin antes amanecer recostado en el Parnaso
Ella te adormecerá como acostumbraba hacerlo
Cada vez que visitabas sus palacios
Como un escriba hambriento
Recopilando los datos del censo de su cuerpo
Un cometa caerá con vos todas las noches que sean necesarias
Y en tu nublado cielo se esconderá el humo
De las edades que pudiste haber evitado vivir
Volverás alguna mañana ciego y nadie lo notará
Sólo los veteranos que habitan los árboles comprenderán
Que necesitas luz y agua la cual tus cabellos de años
Jamás y nunca mas extrañarán
ORACIONES AL DIOS DE LOS ESTERCOLEROS
“En la celda, en lo sólido,
también se acurrucan los rincones”
César Vallejo
***
No existe un solo fantasma que no tiemble a la hora del olvido, a la dramática menopausia de esos demonios que son la locura y los arrebatos. Todos fuman de su tabaco rojo, adoran a los juncos, se trepan a los balcones de una cordillera antigua oscurecida por el humo de un año que no trajo arreboles en su seno de cinco para las doce. Se cuajan los cementerios como a la manera del oficio de panadero de Plauto y los centímetros cuadrados del cielo se han hipotecado gracias al bolsillo de Dios-culebra. Entonces da lo mismo si este cielo es así en las Españas del oro, Bhután o Anchorage. Es el mismo que fuma su espera y así aparezcan sus proezas en la linotipias de las mañanas de España, Bhután, Anchorage o la Quiriquina. Viste trajes este cielo que impresionan al visitante de la penumbra y de la incertidumbre como embajador de los Partos y todos los pueblos que alguna vez bordearon el Mediterráneo ríen en un aplauso límpido, tanto trueque agota a las manos y a las doncellas de Apolo funeral... Llueve mas allá de los extramuros de la conciencia nacional de aquella fasta oxidación que es una república sin nombre y su única ley aceptada por el vasallaje de sus pueblos vendría a ser el tiranicidio.
***
Trepa a los cielos del Eterno la basura de las ciudades que sin precedentes fueron quemadas antes que Sodoma y Gomorra y sus espíritus inundan el éter porque el éter fue antes de estas mismas ciudades, el fruto del incesto entre una ramera y su abuelo y de allí nació un dios de muchas estrellas, homosexual y pederasta. Tal es el origen de las razas poderosas del mundo, el subterráneo de la realidad y la modernidad que acude a sus caprichos cuando lo desea. Este es el origen, la verdad, del Demonio y que es Dios y que es lo mismo y que su espíritu de masturbación hace derramar su eyaculación de universo sobre la cara de la pornografía del mercado. Se hace a las velas un gigantesco falo homicida y las naciones al fragor de la Biblia, que no son “los libros” como pretendió la ignorancia denominarla porque libro nunca ha sido sino instrumento válido del terrorismo del alma, invoca a una asociación de gangsters que son la modernidad y que es igual a la soledad de invadir un período del sueño, cualquiera sea su naturaleza.
***
...la antigua cáscara de la aurora no tarda en amansar a las bestias de la Primavera. Al sol le han agujereado el estómago con la picota de un andinista rogante en la horca del sueño de la siesta. Divide el ceño de ojos sanguinolentos y estira su mano aún operativa entregando toneladas de frejoles a las cenicientas campesinas que ya no gritan vivas a la Reforma Agraria pues han perdido los vestidos inoculados de tinta. Yo retorno con la mirada a la última ventana del helicóptero de mi abuelo. Miles de botellas enterré junto a él pero insiste en depositar a mi cabecera las monedas que yo robé de sus cajones. Cruzo por los ríos de la ciudad de la memoria rota y no puedo ahogarme. No. No puedo ahogarme pues llamo a los ruiseñores de la tarde. Un cortejo de televisores a tubo rompen el esqueleto de la rosa y las vías se retuercen en la escala de Mercalli; cae una mujer mientras pasea en bicicleta cuando las madres de materias gritan despavoridas en pos de un faraón persa. Dios de las desgastadas matanzas de las horas en no fui; Dios, ¡Dios! ¡Dios-culebra y Dios! Has deshonrado a la mujer de la bicicleta. En borrachera de rituales la compartes con tus ángeles mas expertos. Vomito la bilis de mi lenguaje y me aparto de las ansias de emperador con el cetro cuadrado como la noche del cono anverso del horizonte; pero ellos desean que me rebele antes de tres para las doce; las masas... no saben que ellas se topan en los arenales de un aterrizaje. Y las maletas jamás serán devueltas. Producto de las alucinaciones del éter, María escapa reclamando la virginidad al Padre mientras este lo aduce a la calidad de eunuco del Hijo. El Espíritu pierde su santidad convertido en cuervo y alza el vuelo sobre las cabezas de los que hacen fila en el lupanar cercano cuyo ángel proxeneta remata a la Trinidad a los mercaderes venidos desde todas partes y la confusión de lenguas ya no es tan enorme. Mas, el sentido prostibulario de los bandoneones hace exclusivos clientes a un Baudelaire y a un Góngora que se retan a duelo dándose de paraguazos por la nuca. En el vagar por la acrópolis de la armonía, se quema a lo bonzo T.S. Elliot alcanzando a susurrar los últimos versos en su walkie-talkie ya sin baterías. Temo para siempre denunciar su anormal estado para conversar. Dios de la basura, Dios de los hombres acusados de hablar en demasía y a borbotones; el Dios de las masas y el Dios de los mendicantes; Dios de Ave María y de la media mañana mientras el fuego se confunde con las transacciones de la memoria parida entre guerras; Dios de los neopreneros y del cartel de la esquina; Dios del festival de la agonía y que se lava los dientes y hace gárgaras con la orina del invierno, que envía sus desprendidos vahos a la muchachada desprevenida y hedionda de las afueras de la programación diaria... del orujo de vendimias de pueblos fantasmales; Dios de los comerciantes del Ática y del desprendimiento de la castidad de una vestal contemporánea a la cual nadie podrá encontrar; Dios de la masacre de quienes desfilan..., Dios de los piojos y la sarna que se contagia en los computadores compartidos y de abuso público; Dios de los onanistas y de la pantalla, que siempre es el mismo.
EL TRIUNFO DE LOS AMANTES
“Ella pasea por mi cuarto
como la sombra desnuda
de los manzanos en el muro
y su cuerpo se enciende como un árbol
para una fiesta de ángeles perdidos.”
Jorge Teillier
I
Manifiesto
No corras si vuestra sombra desea escapar a las lejanas comarcas
De la Siberia de mis años
Son mis años de antiguo chamán del viento sur
Que quemas las pordioseras horas
En la lástima de aquellas capitales que deseo conocer.
Te increpo desde la distancia de los cuerpos nuevos
Y en briosa danza de superiores eventos celestes
Cuido de vuestras tormentas que se convirtieron en el tobogán de las manos.
¿Dónde esta el vuelo herido de tu mirada de submarino que ahoga las indeterminadas ventanas robadas a mi sueño?
Los amantes no deben morir
Pus vos sois la columba que retoza cáustica y que desistió de anunciar
Los temblores raídos de cielo
Qué dolor siento en mi cabeza cortada por el idioma
Al derretir el plomo arcano de mi sangre en vuestras vasijas robadas del Egipto
De la existencia
Vos tornáis los fantasmas cámbricos de mi sangre y os escupís
Por debajo de la eternidad
Que amo y debiese conocer
II
Exhortación a la coronación de la reina
¿A qué os temo, reina de los dominios persas de mi desorden,
Madona de mis días cayendo sin remedio
en los desfiladeros ardiendo tiempo sobre tiempo afuera?
¿Cuál es la hora mas temible de la noche para vos?
¿Qué melancolía clava vuestro pecho de cordillera?
Te invito a que me concedas el interminable interrogatorio
Cuyos sánscritos documentos están anclados
En el reflejo abisal de tu mirada políglota
Os concedo el discurso inaugural de tu palacio
La dinamita que cercenó los planetas a Dios, que no existe
Como los demonios que yo pregono
Y que tampoco existen
¡Venid emperadores de todos los rincones del globo!
De la patria perdida de Alejandro y Darío
De las regiones nunca habidas por Roma
Y de los islotes hundidos del Egeo
Pues ella de aquellas comarcas ha llegado a gobernar
Con la mano duramente tersa del amor inacabable y de aguas subterráneas
Y expertas
¡Rasgad las cortinas de Delfos por ella!
Allá
Dónde las águilas cavan sus necios sepulcros
Habita el deseo de encontrar la delicadeza de su sarcófago único
En el arte del embalsamamiento de mis emociones.
Oh soberana de mi oscuridad caída
Adagio intravenoso que adivina mi pasado pleno de vacío
Mi sentencia perpetua
Sacerdotisa del silencio de mis adentros
Entrega mi cuerpo a la vía que guarda a mis verdaderos padres
Y a los cuales os perdí en una catástrofe mental
Descuartiza mi dolor y arrojadlo a las jaurías de bestias de lo irretornable
Ultimas hojas nacidas
En la borrascosa estación del invierno de mi mente.
III
Caminata por los ríos del cuerpo
Desearía en lo perentorio de mis pasiones
Erigiros un Partenón en la cima de mi rostro
Y elevar al crepúsculo de vuestra distancia de cada noche
Las plegarias que me habéis enseñado
Cariátide de mi tiempo
Cuando llegue el día inflexible de regresar a la Grecia de vuestra reconocida belleza
Yo seré el percusionista de las galeras de este lado de la soledad
Y del idioma que os regalé la vieja noche de la fulminante caída
En el tesoro de tus pies
Reina del Oriente que esfuerzo por conocer para mis días últimos.
Sol de mis profundidades numerosas gimientes para vos
Brisa de las playas órficas voy hasta Omega anclado a tus pechos
Lúcida lumbre
Mi flor marina
Mi diosa.
FUGA Y MELANCOLÍA PARA BANDONEÓN SOLITARIO EN EXPIRACIÓN MAYOR
…Astor Piazzolla viene inspirando.
En lo mas alto de lo recóndito del mundo
Donde las rameras queman sus antiguas lágrimas
De generales honorables responsablemente derrotados
En el fondo del barranco sin límites de la ausencia
Y del sol
Íntegros de penas que arden
A la deriva de un motor y su mundo de pájaros también heridos
Tu alma bandoneón mece en el fuelle al tiempo
Y este bosteza para no dormir con la noche
Pues la hace perfecta.
Llora príncipe de la nostalgia de las veintiuna horas
Caballero andante de la tristeza de las cosas
Mujer en la ausencia desesperada de un andén
Locomotora chatarreada en los patios de la estación
De un pueblo blanco
Gime viejo púgil
En el cuadrilátero del vino
Ronda tu espíritu el ángel de los violines
El Lucifer de la guitarra eléctrica
El abanico de emperador del pianoforte
Y la bonhomía de abuelo del contrabajo.
El espacio de las callejuelas
Que es sagrado como los ciclos de la muerte
Inunda ahora los corazones marchitos de los poetas
Que enloquecieron cuando dejaron de escribir
Al fragor de la bebida.
Y yo bandoneón
Que no conozco tu curda mas que la miseria
De mi viejo y olvidado embrollo de pueblo de provincia
Que olvida como todos lo olvidan
Que amanece menos de lo que las lunas antiguas oscurecen
Con sus embarcaciones ancladas a la isla de mi corazón que ya se fue
Interpreto tu pena como las estalactitas del idioma
Del que mis gestos abundan.
Bandoneón
El soliloquio de la noche es interminable y solitario
Como los ladridos mismos de sus últimos estertores
Como las historias del burdel amargo
Como las bragas comprometedoras de la puta veterana de turno
Como la promesa eterna de esas mismas noches de vino
De aquellos que amamos esos mismos besos de vino
Y lloramos la vida y sus destellos
Reflejando el dolor de la intención involuntaria del arrepentimiento
En el fondo irreconciliable de las copas semivacías
De nuestro convencimiento imperial
De haber sido aspirantes a próceres republicanos
En el fracaso de las palabras.
Uno nace con la sensación de ser un espejo en si mismo Bandoneón
De no desesperarse ante la peligrosa venida
De la locura desenfrenada y de las aberraciones del delirium tremens
Que se toman el lugar de la conciencia polar
Sin preguntar si algún escaño le pertenece
En la naturaleza inaudita del alma
Y su egoísmo de cementerios caídos.
Pero el alud de estambres fuera de toda primavera
Te remece
Bandoneón
Bautiza al espíritu del asfalto
En su pretensión de conversar con los mares recogidos
Por la aventura de la bohemia de las ampolletas
Y de una descascarada piel con hedores que enamoran a nuestro espíritu
Alguna vez cautivado por el capulí y la miseria de perfumes
Cuya exquisitez jamás dejamos de reconocer en su falsedad
Nos convocó en la imaginación de una aristocracia proletaria de pueblo chico y herido
Al desparpajo de burlarse de la heteronomía de las clases
Que siempre han caído y que seguirán cayendo en desgracia.
Bandoneón
Tu brisa marcada por los desaguisados de la pasión
Y lo prohibido que tu aire permite
Despiertan a la vida de los azares -porque en la vida se nace para ser héroes o para vivir en la mediocridad de los mártires-
Las revelaciones de perderse tentado en lo imposible de ganar
Pasiones más altas que las cumbres del vacío por dentro de los mismos deseos
Que ese afán por ganarle a lo heroico y épico que es vivir
Se parece bandoneón
A tu espina de rosa celeste
Como la noche celeste
Esa cual tu reinas.
CAMERA OBSCURA
Difícil será para los poetas de esta mañana
Escribir sobre las ancas seductoras de la modernidad
Mientras en París
Mallarmé describe el afán de los globos de colores que surcan el cielo enfermo
En la nada del aire.
Todo lo que se ha marchado está retratado a vivos colores
Detrás de la espalda.
La espalda es como la mujer que no duerme
En las desoladas horas de París
Porque toda soledad es la misma miseria de los ángeles separados
De la ciencia del bien y del mal
Y cada madrugada es una gota de sudor quitado no al sueño
Sino al deseo de ser alguien mas allá de la oscuridad polar.
Impracticable anhelo desahuciado de ser útil
La epopeya de las tardes del idioma
Resuena en su carácter de lluvia
Penoso
Como la naturaleza migratoria de los recuerdos
Son las sílabas de los árboles
Extraviadas tras las esquinas de cada una de las calles
De la creación.
Esta ciudad con su tabique nasal quebrado
En eterna hemorragia de lamentos
Cuyos coágulos no se encuentran solos, aguantan,
Porque no es París
Ni aunque lo sea
Estruja más allá de sus cerros
El estropajo que limpió mesas humeantes
Sobre cuyos prados secos se derramaron patologías
Que se fueron en globos aerostáticos más allá de sí mismos
Desafiando apresuradamente a la ley de gravedad
De las cosas inútiles
En el escritorio de los avisos comerciales
De esta mañana de la modernidad.
DILUVIO DE MEDIODÍAS
Fuerte
El estrépito de lo que no se conoce
Los caballos alados de la tarde en sepia
Un pantano con la memoria de cerros cuyas alturas y nombres
Pueden reconocerse en la noche
Fuerte
El grito de adiós
Adiós
Si
Adiós
Como bajarse de una nube que es un taxi
Levando anclas en un Parking
Suspendido sobre una cama de langostas de un Octubre que no es rojo
Y que ni se atreve a serlo
Por el exceso de ilusorias plazas enfermas y sin niños.
Adiós
El calibre de sus armas que no mienten ni avizoran
La cercanía de lo robado a las imágenes que cruzan
La totalidad de los viajes y de sus mares vivos
Yo cruzo un monte y veo vagones estacionados
En la obsesión del nunca más volver a verlos
Cruzo rápido por en medio de las ramas de follaje vacío
Y en la bacinica metálica de los lagos de arroz
Dibujos mapas de las enfermedades que padecen los caminos
Asemejándose sola
Toda sola
A la cartografía mecánica de las emociones
Que siempre degeneraran en soledades.
Este aguacero de papeles que hieden a antigüedad vacía
Como caja mortuoria de presidente desconocido
Este vendaval de echonas de guerra caducas antes de mancharse
Esta menstruación del cielo abierto en su profundidad de candelabros agobiantes...
Este adiós que fue celebrado antes de que naciera cualquier buque
El encuentro de dos mundos
Siempre ajenos.
Con el sueño y el olvido
Fuera del corazón del bosque
Que ya se quemó en las apuestas
De tahúres y mercaderes del templo de la palabra.
II
PACTO CON EL DIABLO
Las lágrimas,
las estalactitas de la noche
se dejan besar en la boca.
PACTO CON EL DIABLO
Las lágrimas,
las estalactitas de la noche
se dejan besar en la boca.
PACTO CON EL DIABLO
En el plazo perentorio de la noche
En la ebullición de mares que se debaten entre el universo venido abajo
Y la resolución de separarse de los estados de la sombra
Así planifican mis adentros un asesinato
De las masas.
Gime el estiércol bruto en las afueras de la ciudad derrumbándose toda sola
Y para siempre
Porque de este lado del temor
Un temor herido que hiede a la sangre perdida
Un temor mal nacido y en horas indestructibles como la fragata verde
Que gobierna este también temeroso sueño
Recae en la certeza del hambre solitaria mas allá
De la tarde de otra infancia
Que sería en definitiva la verdadera vida.
Ancho y presuroso como lo oblicuo de un camino espejo
Que junta los horizontes desconocidos y marginales
El ruiseñor que me adoraba con saliva de flores elegantes
Bosteza en sus dominios de rey cartaginés
Esqueleto sin memoria que ya no descansa
En la fosa común de mi mente.
Este pacto con el Diablo es antiguo
Salió de una jaula como de cactus
Y clavo su mirada en mis espaldas
Mientras compraba licores de azucenas
En el abasto de un árbol necio y horrible
Que era cuadrado, insensato y bautizado.
La traba puesta a su idioma fue la de no tener mas lenguaje
Que la medicina de los cuerpos que jamás se juntaron
Que no eran cóncavos pues así comprobaron
La imposibilidad que les era propia de no hacer el amor
Tendidos boca abajo del cielo rayado de extremo a extremo
Por el clavo sangrante del Cristo.
Escucho estruendos
Sí
Estruendos que repelen a una procesión de oboes de notas marchitas
Añoro el arcaico paseo por entre las mejillas ajenas de la nieve
Y del resultado añoso e irreconocible de las proyecciones uno se cae
A lo macabro de estar lejos de los grillos y sus violas
La bofetada poderosa que incitó a ese pacto
Y que es un parto que no cansa
Y lo que digo es que desayunar y enfrentar el invierno de Babilonia
Y regenerar al idioma y transigir sus miedos
Y saberse perdido para siempre y siempre lo mismo
Es un olvido más grande y elocuente
Que tomarle el pelo a los veranos
Dejándolos ciegos de tener que regresar lejos de la Mar-océano.
Que tratar de reformular la estructura de ese océano entero
Es ir de la mano de los maceteros
Aquí arriba
Plantas de lluvia
Porque la lluvia posee ojos y emoción
Y que de nuestros ojos cada vez más próximos a cada estación y a cada instante
Se despiden atardeceres irrevocablemente fastuosos
Tremendos cactus alzados a la manera de viejo almirante
Herido de llanto y marinero varado en tierra a la espera de reflotar sus escuadras.
Escucho de nuevo esos estruendos y ahora os anuncio un holograma
Lo difamo atado y deshollo su personalidad vencida
Es un placer pues y es fácil violar a un vencido que está enfermo Y que tiene por féretro
Un cielo cargado de avispas griegas
Borrachas del rocío abisal de mis profundidades
Os anuncio una muerte vieja y trepadora de huracanes dormidos en los volcanes
Porque de la victrola que anida bajo mi lerdo camastro
Horrendo como el infierno que es cualquier pozo del mundo
Resuenan canciones rescatadas de viejos naufragios aéreos
Donde mucha juventud
Se quedó callada inútil para siempre.
Me descubro en la intersección de los suicidios
Escapando
Y bebemos a la salud de las despedidas
Digo adiós
Tengo pesadillas con los adioses
Me acribillo de frente y por la espalda
Pues mi espalda vendría a ser algo así como el sombrero del viento
Que corroe como la Mar-océano
Al viejo muelle de Balmaceda
Así me convertí en una piedra y me lancé contra mí mismo.
Tal vez os recuerde en mil alucinaciones cuando esta vieja deuda pague
Pero yo recuerdo a De Rokha: “Estoy vivo porque yo RESPIRO”
Y estoy transmitiendo en anacrónicas señales no de humo pero si de fuego recio
Recuerdo algo que recién ahora estoy diciendo
En el emigrar de las aves de fines de Marzo
Aves tan amplias como las mallas que tejen en su vuelo
Mas que triangularmente hermosas
Son cavernas hechas en pleno aire siempre iluminadas.
La tentación y la satisfacción de saberse vivo
Se perdió frente a todo lo que se perdió
Y que también
Para abarrotar las bodegas del hastío
Se remató a lo que el viento mejor pagó
Ya es tarde
Ya es tarde
Ya es tarde muy tarde
Vengo caminando con un brujo al lado
Que se entretiene contándome mis propias historias plagadas de licor amnésico
“Ya es tarde” le digo
Pero no se devuelve a su litera que se ubica en los extramuros de mi mente
“Vete, vete, vete cosa espléndida, espinoso arrebato del recuerdo
anida en tu alma el convencimiento del pago de la deuda que
te será cancelada antes de la medianoche del invierno”
Digo adiós
Y las carabinas del Infierno me despiden
Agitando sus pañuelos largos y rojos.
Ya es tarde amigos
Ya es tarde
Yo decidí este pacto y lo hice mío
Yo decidí este pacto y lo hice con el Diablo
Y me jugué la sangre
La existencia
El candor y la rebeldía de conocerme a mí mismo como muchos no pueden
Durmiendo en trenes con una ilusión que es indestructible
Que no se apaga como las dóciles fogatas de cielo en la penumbra de la distancia
Yo hice este pacto y lo hice con el Diablo
Porque tal vez sea preciso seguir haciendo y renovando pactos con todos los demonios
Ya es tarde
Ya es tarde.
VENUS CIRCULAR
Y entonces
Cuando era entonces y las leyendas y su lenguaje hablaban de tribus
Que ya eran viejas
Cuando era entonces y tus trajes ya me conversaban de vos
Cuando era entonces
Nacías pequeña e indefensamente tierna
Y despertabas de tu sueño de loba amando todo el aire que te rodeaba
Nacías tranquila como esperando segura el carro de la eternidad
PORQUE EL AIRE TE AMA
Y YO ASIDO A TU AIRE
TE AMO EN LO INMENSO E INCONCLUSO DE LA CREACIÓN
DEL MUNDO QUE SE HIZO PARA VOS.
Tu larga cabellera que es hoy
Como tus finos pies y tus pechos de néctar
La luminosidad hecha lámpara del universo
Juegan a la ronda sobre tu vientre cuando este desprende el vaho de tu sudor
Del que yo me embrujo
Y cuando emerges álgida y las vértebras se te hinchan comprendo
Mágica pastorcilla
El fenómeno del éxtasis gimiente del que me envuelves
Hasta morir en la extensión de tu mirada
Y yo
Remando al final del destino de los cuerpos
Te complazco
En la furia o el desdén
En la ternura del amanecer o en tu sensibilidad de madonna.
Hay una fiesta para tu corazón de fuego
Hay un carnaval gigante
Hermoso
Pleno de luz y de oro
Preparado para vos en las magnitudes del alba
Un festival de artificios naturales y destellos cromáticos que nadie conoce
Un decálogo de alquimia única
Que yo conozco cuando tu cuello es una corona diamantada
Que mi boca ha osado robar.
Hay una fiesta y un carnaval de vendimias para vos
Yo te nombro Venus Circular
Yo te nombro Venus Circular por tus formas y tus movimientos
En la furia del amor
Oh Venus Circular
Angustia de estar lejos de tus manos
Es angustia humana
Es miedo de estar prendido por los fantasmas de la penumbra
Es temor de no encontrar la lumbre de tus ojos quemantes
Desde aquí
Alturas perfectas divisando todo valle de tu cuerpo
Anchurosa visión en la plenitud de la carne
Yo me fusiono con mi carne tu carne
Y mi alma tu alma
Para siempre y mas allá de los terremotos anunciados
Venus Circular
EL ROSARIO DEL DIABLO
Yo cuelgo al cuello del universo
El rosario del Diablo
Dolosa sinfonía que colisiona de frente y a la velocidad de la oscuridad
La cara partida que se pudre en el ombligo de Dios.
Unos y otros que son uno y lo mismo
Van colgados mas atrás de la espada de Gabriel
El arcángel de los prostíbulos
Y de su cintura que es mas amplia que un alcalde pederasta y ladrón
Circula el letargo de las ciudades que no se ven iluminadas
En las noches de viaje solitario
Cuando el loco del bar dejó de anunciar todos los años nuevos
Ya sin mas remedio que abandonar sus reliquias
A lo sagrado del imperio.
Te veo Satán y veo que te aflige la inexorable cuenta del tiempo
Porque daría al fin y al cabo lo mismo, inexorable y rutinariamente lo que no se olvida
Si vuestros testaferros
Que son vos mismo pero con mayores frustraciones que el licor del que fermentas
Si se llaman Prometeo y Abbadon
Inútiles recetas de perpetuar la marginalidad a que nos acostumbras
La misma marginalidad que es la seducción del fantasma de la personalidad
La experimentación del dolor ajeno
Ávida de aventuras, mezcla de vulgares traviatas
Y agudas peroraciones sobre pinturas deshechas por la voz de la sabiduría
Que jamás llegó –y que no llegará-.
La sumatoria de todo esto
De lo que se derrama en cada vaso proscrito por el sueño
De siestas abatidas en días de calor
Es la sumatoria de la vida negada a revelarse en el sentido exhausto de la muerte
Yo hablo de su vendaval que trajo fortuna y que empeño sus enseres
A los baqueanos elegantes del alma.
La sumatoria de toda esa vida
Huérfana de nutrición
Expósita
Apátrida y sin ciudadanía que se le merezca en algún rincón tibio del globo
Vuela en su incansable sentido de la mediocridad
Y luce un medallón “clizado” que es refugio de pájaros escogidos
En cansadas ceremonias
Al fragor de una antigua fogata
No importando si se pelean las orillas opuestas de cada oído
A Satán occidental no le importa la sordera de las aguas.
A Satán no le importan las incompetencias y la desidia de los confesionarios
Y sus cruces rotas en el penúltimo vagón del pecado
Pues del recuerdo todas las aves migratorias están hechas
Y la borrachera de cada mañana en la cual detentan
Un idioma legible para la odiosidad de los frailes
A Satán occidental no le importan los mitos
Porque no existen y las leyendas que tampoco existen
Se adornan de alhajas.
El idioma ha parido mundos invertebrados
Un capricho de la evolución hace que estos respiren al alma del éter
Y la furia del dios de los desiertos
Es mas exacta que las promesas de ver ampliados
Los retazos de un pintor que cuelgan bajo el puente de lo que es prohibido.
QUINTA ESTACIÓN
Deseo escribiros
Caballera armada del escudo de la seducción
Y del yelmo abierto del beso
Una ilusión de eternidad sobre tu espalda
Y hacer un paraguas que recoja para vos
Todo el rocío de mi palabra.
Que de esa palabra
Que es el aliento húmedo desde el cual los vigías de mis manos
Recuperan a tu cuerpo cuando se ha cansado ya de haber emergido
Trabaja para mí también
En la revitalización de habernos unido
Sin falsos decoros ni promesas elocuentes
Porque para amarnos es que hemos venido a esta mañana
Que el ropaje necesario para todo los inviernos de este lado del cénit
Cubran tus formas exactas
Porque no son perfectas
No
Son exactas mas allá de cualquier barco
Pues aquí están
Antigua doncella plácida
Mosto exquisito del viñedo de la carne que no es débil
Para amarte se necesita ser fuerte en la carne
Cuando te desparramas en el lecho de la noche
El águila desciende a su estigma nómade
Recalando en puertos donde esperan espléndidas vasijas de leche
Para ser llevadas a las ansias de perpetuarse
Yo bebo furiosamente de tus senos y crezco a cada sorbo gigante
Húmeda tierra
Valle de fértiles comarcas en carnaval incesante
Para ser magos
Oh mujer de mis adentros mas perceptibles
Tendremos que ser primero los vigías de nuestras almas
De los cuales ya os hablé
Y recién ahí
Bajo la tupida sombra de las tardes de Julio
Amar a morir siempre
Pero esta vez a la vera del follaje eterno de tus intenciones
De mujer.
REX SANGUIS, REX MOONA
En el plazo perentorio de la noche
En la ebullición de mares que se debaten entre el universo venido abajo
Y la resolución de separarse de los estados de la sombra
Así planifican mis adentros un asesinato
De las masas.
Gime el estiércol bruto en las afueras de la ciudad derrumbándose toda sola
Y para siempre
Porque de este lado del temor
Un temor herido que hiede a la sangre perdida
Un temor mal nacido y en horas indestructibles como la fragata verde
Que gobierna este también temeroso sueño
Recae en la certeza del hambre solitaria mas allá
De la tarde de otra infancia
Que sería en definitiva la verdadera vida.
Ancho y presuroso como lo oblicuo de un camino espejo
Que junta los horizontes desconocidos y marginales
El ruiseñor que me adoraba con saliva de flores elegantes
Bosteza en sus dominios de rey cartaginés
Esqueleto sin memoria que ya no descansa
En la fosa común de mi mente.
Este pacto con el Diablo es antiguo
Salió de una jaula como de cactus
Y clavo su mirada en mis espaldas
Mientras compraba licores de azucenas
En el abasto de un árbol necio y horrible
Que era cuadrado, insensato y bautizado.
La traba puesta a su idioma fue la de no tener mas lenguaje
Que la medicina de los cuerpos que jamás se juntaron
Que no eran cóncavos pues así comprobaron
La imposibilidad que les era propia de no hacer el amor
Tendidos boca abajo del cielo rayado de extremo a extremo
Por el clavo sangrante del Cristo.
Escucho estruendos
Sí
Estruendos que repelen a una procesión de oboes de notas marchitas
Añoro el arcaico paseo por entre las mejillas ajenas de la nieve
Y del resultado añoso e irreconocible de las proyecciones uno se cae
A lo macabro de estar lejos de los grillos y sus violas
La bofetada poderosa que incitó a ese pacto
Y que es un parto que no cansa
Y lo que digo es que desayunar y enfrentar el invierno de Babilonia
Y regenerar al idioma y transigir sus miedos
Y saberse perdido para siempre y siempre lo mismo
Es un olvido más grande y elocuente
Que tomarle el pelo a los veranos
Dejándolos ciegos de tener que regresar lejos de la Mar-océano.
Que tratar de reformular la estructura de ese océano entero
Es ir de la mano de los maceteros
Aquí arriba
Plantas de lluvia
Porque la lluvia posee ojos y emoción
Y que de nuestros ojos cada vez más próximos a cada estación y a cada instante
Se despiden atardeceres irrevocablemente fastuosos
Tremendos cactus alzados a la manera de viejo almirante
Herido de llanto y marinero varado en tierra a la espera de reflotar sus escuadras.
Escucho de nuevo esos estruendos y ahora os anuncio un holograma
Lo difamo atado y deshollo su personalidad vencida
Es un placer pues y es fácil violar a un vencido que está enfermo Y que tiene por féretro
Un cielo cargado de avispas griegas
Borrachas del rocío abisal de mis profundidades
Os anuncio una muerte vieja y trepadora de huracanes dormidos en los volcanes
Porque de la victrola que anida bajo mi lerdo camastro
Horrendo como el infierno que es cualquier pozo del mundo
Resuenan canciones rescatadas de viejos naufragios aéreos
Donde mucha juventud
Se quedó callada inútil para siempre.
Me descubro en la intersección de los suicidios
Escapando
Y bebemos a la salud de las despedidas
Digo adiós
Tengo pesadillas con los adioses
Me acribillo de frente y por la espalda
Pues mi espalda vendría a ser algo así como el sombrero del viento
Que corroe como la Mar-océano
Al viejo muelle de Balmaceda
Así me convertí en una piedra y me lancé contra mí mismo.
Tal vez os recuerde en mil alucinaciones cuando esta vieja deuda pague
Pero yo recuerdo a De Rokha: “Estoy vivo porque yo RESPIRO”
Y estoy transmitiendo en anacrónicas señales no de humo pero si de fuego recio
Recuerdo algo que recién ahora estoy diciendo
En el emigrar de las aves de fines de Marzo
Aves tan amplias como las mallas que tejen en su vuelo
Mas que triangularmente hermosas
Son cavernas hechas en pleno aire siempre iluminadas.
La tentación y la satisfacción de saberse vivo
Se perdió frente a todo lo que se perdió
Y que también
Para abarrotar las bodegas del hastío
Se remató a lo que el viento mejor pagó
Ya es tarde
Ya es tarde
Ya es tarde muy tarde
Vengo caminando con un brujo al lado
Que se entretiene contándome mis propias historias plagadas de licor amnésico
“Ya es tarde” le digo
Pero no se devuelve a su litera que se ubica en los extramuros de mi mente
“Vete, vete, vete cosa espléndida, espinoso arrebato del recuerdo
anida en tu alma el convencimiento del pago de la deuda que
te será cancelada antes de la medianoche del invierno”
Digo adiós
Y las carabinas del Infierno me despiden
Agitando sus pañuelos largos y rojos.
Ya es tarde amigos
Ya es tarde
Yo decidí este pacto y lo hice mío
Yo decidí este pacto y lo hice con el Diablo
Y me jugué la sangre
La existencia
El candor y la rebeldía de conocerme a mí mismo como muchos no pueden
Durmiendo en trenes con una ilusión que es indestructible
Que no se apaga como las dóciles fogatas de cielo en la penumbra de la distancia
Yo hice este pacto y lo hice con el Diablo
Porque tal vez sea preciso seguir haciendo y renovando pactos con todos los demonios
Ya es tarde
Ya es tarde.
VENUS CIRCULAR
Y entonces
Cuando era entonces y las leyendas y su lenguaje hablaban de tribus
Que ya eran viejas
Cuando era entonces y tus trajes ya me conversaban de vos
Cuando era entonces
Nacías pequeña e indefensamente tierna
Y despertabas de tu sueño de loba amando todo el aire que te rodeaba
Nacías tranquila como esperando segura el carro de la eternidad
PORQUE EL AIRE TE AMA
Y YO ASIDO A TU AIRE
TE AMO EN LO INMENSO E INCONCLUSO DE LA CREACIÓN
DEL MUNDO QUE SE HIZO PARA VOS.
Tu larga cabellera que es hoy
Como tus finos pies y tus pechos de néctar
La luminosidad hecha lámpara del universo
Juegan a la ronda sobre tu vientre cuando este desprende el vaho de tu sudor
Del que yo me embrujo
Y cuando emerges álgida y las vértebras se te hinchan comprendo
Mágica pastorcilla
El fenómeno del éxtasis gimiente del que me envuelves
Hasta morir en la extensión de tu mirada
Y yo
Remando al final del destino de los cuerpos
Te complazco
En la furia o el desdén
En la ternura del amanecer o en tu sensibilidad de madonna.
Hay una fiesta para tu corazón de fuego
Hay un carnaval gigante
Hermoso
Pleno de luz y de oro
Preparado para vos en las magnitudes del alba
Un festival de artificios naturales y destellos cromáticos que nadie conoce
Un decálogo de alquimia única
Que yo conozco cuando tu cuello es una corona diamantada
Que mi boca ha osado robar.
Hay una fiesta y un carnaval de vendimias para vos
Yo te nombro Venus Circular
Yo te nombro Venus Circular por tus formas y tus movimientos
En la furia del amor
Oh Venus Circular
Angustia de estar lejos de tus manos
Es angustia humana
Es miedo de estar prendido por los fantasmas de la penumbra
Es temor de no encontrar la lumbre de tus ojos quemantes
Desde aquí
Alturas perfectas divisando todo valle de tu cuerpo
Anchurosa visión en la plenitud de la carne
Yo me fusiono con mi carne tu carne
Y mi alma tu alma
Para siempre y mas allá de los terremotos anunciados
Venus Circular
EL ROSARIO DEL DIABLO
Yo cuelgo al cuello del universo
El rosario del Diablo
Dolosa sinfonía que colisiona de frente y a la velocidad de la oscuridad
La cara partida que se pudre en el ombligo de Dios.
Unos y otros que son uno y lo mismo
Van colgados mas atrás de la espada de Gabriel
El arcángel de los prostíbulos
Y de su cintura que es mas amplia que un alcalde pederasta y ladrón
Circula el letargo de las ciudades que no se ven iluminadas
En las noches de viaje solitario
Cuando el loco del bar dejó de anunciar todos los años nuevos
Ya sin mas remedio que abandonar sus reliquias
A lo sagrado del imperio.
Te veo Satán y veo que te aflige la inexorable cuenta del tiempo
Porque daría al fin y al cabo lo mismo, inexorable y rutinariamente lo que no se olvida
Si vuestros testaferros
Que son vos mismo pero con mayores frustraciones que el licor del que fermentas
Si se llaman Prometeo y Abbadon
Inútiles recetas de perpetuar la marginalidad a que nos acostumbras
La misma marginalidad que es la seducción del fantasma de la personalidad
La experimentación del dolor ajeno
Ávida de aventuras, mezcla de vulgares traviatas
Y agudas peroraciones sobre pinturas deshechas por la voz de la sabiduría
Que jamás llegó –y que no llegará-.
La sumatoria de todo esto
De lo que se derrama en cada vaso proscrito por el sueño
De siestas abatidas en días de calor
Es la sumatoria de la vida negada a revelarse en el sentido exhausto de la muerte
Yo hablo de su vendaval que trajo fortuna y que empeño sus enseres
A los baqueanos elegantes del alma.
La sumatoria de toda esa vida
Huérfana de nutrición
Expósita
Apátrida y sin ciudadanía que se le merezca en algún rincón tibio del globo
Vuela en su incansable sentido de la mediocridad
Y luce un medallón “clizado” que es refugio de pájaros escogidos
En cansadas ceremonias
Al fragor de una antigua fogata
No importando si se pelean las orillas opuestas de cada oído
A Satán occidental no le importa la sordera de las aguas.
A Satán no le importan las incompetencias y la desidia de los confesionarios
Y sus cruces rotas en el penúltimo vagón del pecado
Pues del recuerdo todas las aves migratorias están hechas
Y la borrachera de cada mañana en la cual detentan
Un idioma legible para la odiosidad de los frailes
A Satán occidental no le importan los mitos
Porque no existen y las leyendas que tampoco existen
Se adornan de alhajas.
El idioma ha parido mundos invertebrados
Un capricho de la evolución hace que estos respiren al alma del éter
Y la furia del dios de los desiertos
Es mas exacta que las promesas de ver ampliados
Los retazos de un pintor que cuelgan bajo el puente de lo que es prohibido.
QUINTA ESTACIÓN
Deseo escribiros
Caballera armada del escudo de la seducción
Y del yelmo abierto del beso
Una ilusión de eternidad sobre tu espalda
Y hacer un paraguas que recoja para vos
Todo el rocío de mi palabra.
Que de esa palabra
Que es el aliento húmedo desde el cual los vigías de mis manos
Recuperan a tu cuerpo cuando se ha cansado ya de haber emergido
Trabaja para mí también
En la revitalización de habernos unido
Sin falsos decoros ni promesas elocuentes
Porque para amarnos es que hemos venido a esta mañana
Que el ropaje necesario para todo los inviernos de este lado del cénit
Cubran tus formas exactas
Porque no son perfectas
No
Son exactas mas allá de cualquier barco
Pues aquí están
Antigua doncella plácida
Mosto exquisito del viñedo de la carne que no es débil
Para amarte se necesita ser fuerte en la carne
Cuando te desparramas en el lecho de la noche
El águila desciende a su estigma nómade
Recalando en puertos donde esperan espléndidas vasijas de leche
Para ser llevadas a las ansias de perpetuarse
Yo bebo furiosamente de tus senos y crezco a cada sorbo gigante
Húmeda tierra
Valle de fértiles comarcas en carnaval incesante
Para ser magos
Oh mujer de mis adentros mas perceptibles
Tendremos que ser primero los vigías de nuestras almas
De los cuales ya os hablé
Y recién ahí
Bajo la tupida sombra de las tardes de Julio
Amar a morir siempre
Pero esta vez a la vera del follaje eterno de tus intenciones
De mujer.
REX SANGUIS, REX MOONA
La corona de la luna brilla
Se apaga
Caldeada por un Anubis recóndito
Se apaga en desmedro de los que no creyeron verla
En la figura de un saco
Que se retuerce como un niño adolorido
Sangrante
Esculpido por la razas
Escupido por los arciprestes del mercado.
La corona de la luna que brilla
Se apaga en la confusión de cerros iluminados
Y se desplaza en la lentitud facial
De la caída en riesgo de ser levantada
Segura de si misma
Con la conciencia raída y húmeda de parto.
Y la corona de la luna que brillaba
Se apaga para desgracia de quienes
Nunca quisieron verla
Para la maledicencia de las solteronas hambrientas
De la fornicación del tiempo.
La corona de la luna tiene el fin de las cataratas
La corona de la luna regada por el llanto de las rosas
En la santidad amorfa de los procesos histológicos
Amables con su pestilencia de huracán perdido
Encuentra su pasión que retorna
En la encrucijada de los caminos
Que ella anunció alumbrar.
UNICIS ACQVAS
Amada mía
Esta noche será de copas
Sobre las palmeras de la amanecida lluvia
Esta noche no serás mi mujer sino mi amante
Y vas a dejar atrás tu llanto de gacela
Porque seremos tú y yo
Crucificados solos en la cima del monte de los cuerpos
Porque ya hay pájaros anunciando
Lo que resucita tras los estertores a que la desnudez
Nos acostumbra.
Yo te hago una aureola de santa
Sobre los dedos de tus pies de árbol cae el verano del éxtasis
Eres virgen pero en mi exclusividad
La tarea de crear y creer al mundo
De arrodillarse ante la temerosidad de resolver el amor
Ha sido lo infalible que nos mantiene unidos navegación abajo
Por sobre las aguas inconclusas de los espejos
Por ello las olas siempre vendrán a peinar tus playas
Que son y han sido desnudadas
Por el estuario pardo y blanquecino que augura
Estaciones para tiempos de borrasca
En la pradera de la lumbre oculta del deseo en público.
Ah
Dulce bandera de viaje
En la pasión cosmopolita de una nación
Que se recorre en el secreto de robarla
No hay reyes mas incrédulos de tanto tesoro
De tanto cofre brioso en risas
De tanta arca llena de melancolía
Que nuestra conversación y que es amable
Tal como sentirse.
Yo te hago una aureola de santa.
Yo te hago una aureola de santa
Perfecta nueva e inquebrantablemente única en su ansiedad.
Yo te hago una aureola de santa
Yo te hago una aureola de santa cada mañana.
LAS LÁGRIMAS DEL VIENTO
Orillas opuestas del tiempo
Cerro abajo de la nostalgia de la quimera
Los que viajan noche tras noche a la tierra de las utopías
Han de tener el alma negra de esperar los cantos fortuitos
De mañanas diferentes y sonríen sobre la góndola
De lo que se olvida y de lo que se olvidó.
Las puertas del asfalto
Del dictamen unívoco
El viejo motor del viento
Mansedumbre de la tarde que hierve
Herida
Tumultuosa
Recóndita y perdida a la deshora
Mientras cae con el dolor nublado
Imperceptiblemente álgido
Enorme por sobre el porvenir del mismo viento
Del que yo hablo y que cruza remando en su bote
Por las aguas pútridas de gritos
Muertas de la ciudad
Alcanzando indecisamente esas orillas opuestas
Como en la cual se debaten los polos.
No hay terciopelo mas falso
Que aquel calzado por la novia de lo que se creyó impuesto
A la razón nacional de la república de los locos
Definida en comicios tres para las cuatro de la madrugada
Entre vagón y vagón rumbo a la comarcas siempre en crisis
Es decir
Críticas en las horas críticas de la acidez soledad
De la falta de manos que acarrearan el agua
A los lavabos perpetuos de la miseria de encontrase solo.
La ecuación de la muerte es muerte a muerte y muerte a muertos
Yacen sus espíritus marcados a fuego
Sobre la porcelana de los suburbios de la mente
El crimen
El incesto
El horror y el ultraje
Gobiernan todo aquello
Que hace de las estrellas una masacre mas dentro del fracaso tentacular.
ADIÓS SANTIAGO
“No me voy de esta ciudad con la resignación
de los visitantes en tránsito.
me dejo atar fascinado por ella
a los recuerdos de presente: (...)”
Enrique Lihn
Tú que cargas ríos sobre las espaldas
de viejos elefantes,
digo
adiós...
Santiago,
Amante dormida atravesada por la piel
de un vestido roto,
dulce niña asfixiando a los morteros de su ira.
Adiós, pequeño feudo
en las tardes leyendo risas.
HOMBRES CIEGOS COREABAN TU NOMBRE
Y LOS GAVIOTINES VOLVÍAN A SUS CASAS.
Un egregio parque
daba las doce
con su reloj de amantes. Todos se alumbraban
por igual y recorrían sus heridas santas.
Adiós Santiago.
En el dintel de una talabartería
quedaron escondidos
los poemas de un zeppelín ardiendo. Ningún gorrión lo notó.
Yo vendré a buscarte en un tranvía por las mañanas.
Veré locomotoras de trigo
en tus palacios aéreos.
Adiós, Santiago;
en tus teléfonos los libertinos
transitan a nacer de nuevo.
DICEN ADIÓS LAS ARPILLERAS
DE UN MUSEO AÑOS ATRÁS.
La navidad no llegó con las primaveras de ébano
y sus árboles. Entonces almorzamos en un cementerio
todas las pirámides
y danzamos en las catedrales
de lo que nadie usa. Todos se marcharán a sus sueños.
Las palomas me llevaron a tus puentes.
allí recordé a la Poesía mas leal y hermosa
mecanografiando los rieles que aun duermen.
Adiós Santiago,
gris emperador dormido escamoteando colores en su tumba.
tu victoria será ante el tiempo que te da la espalda.
Adiós Santiago,
llave de mi alma.
Adiós Santiago.
TRAVAIS PLENARES NER
Vieja caparazón de infancia verde: ¡Duerme en el campanario de los ojos jóvenes! Viste su amiga los atavíos de la montaña penitente. Resaltan sus pies que son como el sueño de todo el universo. Los paridos por el viento deshojaron un país entero y sus HOLOGRAMAS cayeron a la gran carpa de espectáculo de la trata de blancas mantenida por hordas de una sombra de velas retratadas en el viejo Egipto de los ríos ciegos. Y tiene las manitos celestes como el bostezo hermoso y metálico de su boca y sus pinturas lloran desvencijadas sobre su mueble familiar y generacional-sacro. Esta mañana se abren botellas parecidas a los anillos de su frente casual, lozana y grecolatina, a la manera de cortejos fúnebres amarillentos su voz se parece a la guerra de provincia. Es terrible mirarse a sí mismo y encontrar solo idioma quebrado y cartas viejas pues así es la LITERATURA, pies bellos. Si ella caminara todo un año se pediría dormir en una pirámide. Los gritos del océano negro de la mañana canta su nombre sin música y un ruiseñor antiguo, trasnochador y elegante, tejedor de telarañas bíblicas, amigo de lo impasible y lo IMPOSIBLE, gárrulo, retórico y verdugo se dispara en la sien del centro de la CIVILIZACIÓN muriendo intestado y alegre de dejar nada ante la sinfonía de terremotos del asfalto. Vieja caparazón de esta edad negra que finge colores en desuso, dormidos los barcos casi eclesiales de una noche delirante: ¿recordaréis sus vestidos y su forma de joven que derrama aromas?
URAL
Rosa de los vientos de la Cruz del Sur de Marzo, amor en la cancha de peleas de la lealtad del horizonte y su mundo: esta es una vida de mucho temor. Cuidado con los candados y con los cercos de papel. Rosa de los vientos: esta es una vida de miles de años: Hoy encontré entre mi barba de endemoniado un clavo y rayé el cielo con él y cayó sangre sobre la aldea y siguieron cayendo los ángeles expertos, los favoritos del ETERNO, el llanto del ETERNO. Ruiseñores de la tarde. Hoy acudo a ellos antes que duerman para siempre y sean violados por la maldad del ETERNO. Como garfios de la Antártida me levantan en el sueño de la noche –inundan de rosas mis pulmones- recuerdan la desaparición de la estridencia de la noche. Las venas verdes todavía, pero hoy arrastran el asqueroso ser incubado desde la adolescencia y que es la ciencia de la muerte y la DESTRUCCIÓN. Por influjo de uno de los ángeles caídos, un pajarillo herido en lo mas profundo de sus pulmones regresó sin noticias sobre el desastre en las comarcas vencidas por las bombas. Fue así que pude descifrar los mitos de la personalidad. El oficio de las meretrices del plástico galante han logrado sobrevivir a la hecatombe de sus propios días pero los ángeles lograrán sobrevivir aunque el ETERNO no haya existido jamás. Pero el ángel es ya un anciano doblado y bonachón. Sus hijos serán astronautas y reclamarán su muerte un Jueves por la noche. El ángel ebrio ideo entonces los cuentos mas bellos y los repartió entre las tribus mas antiguas de la tierra y su cuerpo era infinitamente cansador pero conocido por estas tribus. Y el ángel del ETERNO despertó demasiado tarde de su sueño abrumador y humanamente superfluo.
DESTRUCCION Y DEIFICACIÓN DEL ANGEL
(Sonata autumnal)
I
Allegro andantino poco presto
Has crecido y no me has negado
Porque se prendió tu suerte de diamantes a nuestra voz
La tradición de los álamos desaparece por las mañanas
De la risa de los aviones que cuelgan
De los balcones
Gran hembra triste y de las tristezas coloquiales
Determinante estrella carcomida
Por los sabotajes de la memoria
Vienes a los imperios de geranios
Sola y sobre los espasmos retirados
Derramas lágrimas mártires sobre el iceberg de tu edad
En tu sueño mas cercano al abraxas
Convocáis trenes muriendo
En puertos fracasados
Y el cuerpo de la noche
Nos une en tragedia grecolatina
En la ciudad-patria-adoptiva
Trepando fachadas barrocas
Nos encontramos en el bombardeo final
Mis sitios se han espantado por lluvias metálicas
Huimos de los desvaríos mas sanos
Pero fue el delirium tremens
Lo que me hizo anarquista de la imagen
Pero has crecido
Y tus praderas hicieron que tu deseo
De compungir la carne
Degollara la noche
En dramáticas solemnidades
Hoy espere un estoque ególatra
Ante la aparición de los noctámbulos versos
En su totalidad
Caerás ángel
Vapor de danzas sin niños
En danzas superiores
II
Adagio scherzoso (con molto espressione)
Algo recorre los cimientos de esta ciudad de padecimientos
Es el imperio de las luces de otoño
Que devuelven tus antiguos juguetes
Aquellos que desechaste cuando perdiste el idioma
Pero te convirtieron en alondra pasajera
Te regalaron un vestido plagado de avecillas nocturnas
Para usarlo la tarde de tu primera lágrima de desencanto
Y pedernales
Tu cabello razonó como el maizal perdido que es
Cuando con las manos quemas la tarde
Las antenas de rumorosas colinas
Debes estar preparada para el miedo de las generaciones
Que vendrán por vos
Atacaran vuestros velos de gran sacerdotisa
Y eliminarán en ritos orgiásticos
El fuego endeble de tu anterior vida
Tendrás que preparar la nao de tu templo
Pues osarán robar la ambrosía de tus bocas
Desconocerás al imperio del tiempo
Porque este jamás ha tenido destino conocido
En su desasosiego no hará reparos a tu excelente presencia
De antorchas
Ninguno de los mejores y mas favoritos de tus fantasmas
Llegará a las inclementes horas del Polo
A orientar tus faluchos.
III
Finale: Allegro vivace ma non troppo
Resuena el crujir de mis huesos perdidos
En la procesión definitiva de las cosas
Todo se derrumba en el trono anverso del horizonte
Gran cortadora de las palabras del mundo
Desde las azoteas de mi vista
Vigilo tus recuerdos de funeral
Y qué idioma tan fresco traes a mi paladar oxidado
Mientras se esfuma tu barroquismo de diálogos desde los crepúsculos
En el Egeo
Azota aquel idioma en las paredes de tu templo
Explora los olivares de la nube magallánica
Aquí
Antes de la caída de todos los aviones conocidos
Rememoraré lo frágil de tus idilios
Que duelen en todos los ángulos
De Grecia.
IV
Funeraillies:
Harmonies poetiques et religeusses
(Sobre un viejo inpromptu de Chopin o el Silencio de Andrómeda)
El viento sur anuncia el fin de los hologramas
Y el grito del primer hombre que se cayó
Con el incendio del primer zeppellin
Pues este se estrelló en todos los cielos habidos y por haber
Y de todas las ciudades que yo prefiero.
Esa tarde quedamos ciegos en la eternidad.
El horizonte colgado de un árbol
Fumaba interminablemente de su pipa de abuelo de materias
Desde el Egeo brillabas.
Dime
Dime que todas las bombas se han fugado para siempre
Y que vos me regalarás el hambre de hace siglos
Y que de hace siglo he necesitado vivir.
Desde las rocas de mi patria submarina
Pude garantizar antes que los otros lo verídico
De tus proezas aéreas
Cerraron la estación
Y tu preguntabas el sinnúmero de las explicaciones
La cerraron para evitar el sempiterno paso de los fantasmas y las despedidas
Que me pertenecen por las noches en compañía de aquél viento Sur.
Estás allí en las tardes y no necesitas de cementerios
Repatrié tus restos y los hago un circo en mi febril universo
Que ya no vuelve
Se incendió París
Pero vos preferisteis quedarte conmigo
Y la estación también se quemó.
Naciste antes que mis dioses muertos
Y tienes una soledad de estación sureña en la mirada.
Todos los idiomas te liberan
No te convenzas de encarcelarte
Pues si las lenguas de la humanidad te liberan
Yo poseo fuego en el idioma
Y mi lámpara se surte de sangre
Puedes estar en los teatros derruidos
Porque eres mas imponente que la Beatriz
Sin perder el miedo a Virgilio.
Por eso
Porque no vives en los infierno ni en el Cielo
Solo vives en la luz y aterrorizas a mis demonios
Y a mis desgastadas tinieblas marchitas por el rocío de mis mejores años
Todos los llantos obedecen a tu silencio
Como un gran iceberg sin viajar a Sevilla
Y desciende a su muerte mas allá de los polos.
Oh mi tibia Andrómeda
Determinante como los juegos que marcan el inicio de cada estación del año
Yo he viajado tiempo sobre tiempo abajo
Renuncié a mi racionalidad para hacerme polvo
Del discurso de los hombres
Y de las razas originarias de los cinco rincones del mapamundi
PAZ IMPERATRIX MUNDI
Te llevaré conmigo a París sin haber estado nunca allá
Dejarás de ser como la niña de provincia
Que mira tarde a tarde por la ventana de su pequeña casa de aldea antigua
Y a la cual sus padres no dejan salir a los bailes de las fiestas primaverales
Por miedo a que venga su novio que prometió escaparse con ella
En helicóptero
Cuando las guerras terminen por fin.
Vámonos a París
Alza el vuelo inicial e insta a las golondrinas que buscan incesantemente
Barcos sobre os cuales descansar
Y procrear sus mas grandes y hermosos poemas.
Inventas los grandes rituales
Contra nuestro mas temido enemigo
El tiempo.
Tu definitiva casa será París.
Una campana
Que es la cúpula del mundo
Perora tu llegada
Y tu triunfo definitivo sobre mí.
LA INMENSA SEDUCCIÓN DE LO PERECEDERO
Sentado a la diestra del Demonio
Y la siniestra de Dios
En una calle de fuego recio
Vengo de recorrer los prados
Y rayar las murallas caídas y apilados su gritos
Sobre bostezos de muerte y de cañon.
Es grande el vacío de los teatros iluminados
Y de los obeliscos de Agosto
A cada jornada
En la que usamos y abusamos del licor
Que pende del techo
Aumentamos la herida de la que somos íntegros
Tan íntegros que somos los representantes mas grotescos
Del esplendor grecorromano de las murgas
Que forjaron entre libaciones y orgías
Nuestras cabezas cortadas como la sepultura tierna de cada mañana
Amamantando las galeras de baldosas.
Fingíamos levantar al amanecer
Las tropas cansadas de la Luna
El barco de la Luna es la mejilla del beso mas extasiado
Dado a la musa mas bella y que deja de ser el cristal mas preciado
Al conseguir mas que un orgasmo ese beso.
Espectros rupestres
Lo mas codiciado por los debates de la horca
Hoy sí que son los fantasmas
Se duermen con las candelas del cerebro
Que es el primero en tronchar la metafísica
De la cuerda del reloj y del suicidio
Eso es un auténtico cerebro.
Un cerebro que recuerda los trenes
En los cuales arremetió con pasión y cuerpo
Ante los sustantivos de selva
Que se le presentaron.
El tiempo de los baldes vacíos del ave rapaz de la distancia
Anida sus lúgubres bestias comiendo y peleándose la carroña
De sus estampidas
Como en la carroza de un lápiz perdido
En la intención de la “amanecida”
Que se marcha a su república
Solo y a pié.
RESURRECCIÓN DEL VAMPIRO
“Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.”
César Vallejo
Yo dormí cientos de años
En sendos palacios mas allá de las nubes de Marzo
Las musas peinaban noche a noche mis cabellos
Y besaba sus senos blancos, grandes y celestiales
Bebía de licores siniestros y desconocidos
Porque al amanecer hacía el amor
Con los cuerpos más lozanos
Adolescentes y tersamente bordados.
De los árboles de Gog y Magog
Un ángel cada mediodía de dirigibles
Descolgaba para mis estaciones
Frutos deliciosos y únicos
Con cada vendimia del rocío
Sirvientes dorados
Elefantes rojos y briosos faisanes llenaban de vino
Los toneles hermosos de mi cerebro.
Nunca hubo tumbas para mis elementos
Todas las habitaciones estaban tapizadas de espejos
Liberados del oro español.
Pajarillos cámbricos iluminaba mis mañanas.
Ellos
En verdad
Inventaron la música
Solo calidez de puertos escondidos había en mis camas
Triunfaba la comunión-mujer de los cuerpos en batalla celeste
Largas temporadas yo pasaba hundiéndome en sus sexos deliciosos
Y ellas
Las musas
Proclamaban a los cinco rincones del globo
Mi triunfo sobre las cruces.
Elegante varón dueño de la ópera de la Luna
Me bañaba en los delicadísimos brazos
De la verdadera Vía Láctea.
Sola se mofaba del mundo
La insolente alma
En la biblioteca de vidrio.
Altas torres y grandilocuentes cúpulas
Solo veían mis ventanas
Y en carruajes de caballos alados
Emprendía mis viajes a las orgías con la Virgen
Nunca se habló de muertes sobre las cubiertas de mi flota.
El tiempo solo debe asilarse
Sobre las ruedas del fuego.
Ahora
En estos huracanes inexpugnables por la belleza
Ya no las vendimias vienen a mis palacios caídos.
Larga mesa servida de aves muertas
Espera el festín de la destrucción
Banderas lóbregas lloran sobre un iceberg
Que corona el cielo.
Yo dormí en sendos palacios
Mas allá de las nubes de mi nacimiento.
Yo dormí en sendos palacios
Mas allá de las nubes de Marzo.
LOS TENTÁCULOS DEL ABISMO
Alguien vino a robar el alma en harapos de un inmortal. Su color era más triste que todos los cielos que se puedan imaginar. Yo frotaba mi arco de violín sobre una piedra de rosas y una araña me decía: Los paraísos más dulces están en las manos de tu cerebro. El brazo manco del tiempo pacía en el desierto. Un gallo que estaba loco hizo desaparecer para siempre la mañana. Las razas se bautizaron copulando escarcha sobre los alerones de una lechuza anciana. Afrodita incendió las ciudades de aquella alma del inmortal. Callarán los de noche bandoneones. No existen pentagramas en le lecho de los gorriones nuevos. La lámpara de la poesía debe usar siempre sangre. Una mujer destruirá los efectos esculturales de la ausencia.
LOS FAUCHOS DESIERTOS
Para Sergio Astudillo.
“Érase de un marinero que hizo un jardín junto al mar
y se metió a jardinero.
Estaba el jardín en flor y el marinero se fue
por esos mares de Dios.”
Antonio Machado
Campana solemne del mundo, los pasillos solares, las arboledas profundas que estarán sollozando igual en Transilvania que en el Maule. Ahora irán buscando tumbas en piedras como en el río, el cual al llegar a su fin, no se sabe con qué certeza si llega al mar, al cielo o bien huye de Dios y de su furia por alimentar a los hombres y en las tormentas antiguas, libera a sus muertos como ofrenda tardía al llanto colectivo de quienes lo contemplan. Piedras de retos, invocación al vació y a llanto de la vieja polis marítima, hojas en la altura sobre el cielo ahuecado; jamás navegarán sobre el humo de un cigarrillo herido. Sobre redes de viento anidan las gaviotas verdes y arpones blancos sepultaron a sus sueños. Los pintores entregaron sus copas tras la necesidad de la muerte. La destrucción de sus cromatismos catapultó sus funerales. Ellos decoraron sus cubiertas. Se ahogaron los relojes en que consistían sus nombres pintados y un helicóptero espantó a sus peces. Un viejo amigo ya anciano, sueña jornadas como capitán de los truenos en sus puentes desafiando a los dioses en el Egeo. Pero Nausícaa envió su alma en pedazos al trágico-heroico Odiseo y este lanzó al estrellato al los faluchos desiertos. Las amarras de las nubes sellaron sus destinos boca y tiempo abajo. Sobre sus fuegos fatuos el imperio de ese tiempo convocará a sus elementos ya iniciados y el terrible pozo, inciertamente nada, la ira mística de nuestro ateísmo, pues como De Rokha “Y nuestro ateísmo, nos hizo místicos”, los hizo gigantes pues son dioses vivos. Cayeron los fusiles y sus mástiles fueron transparentes por la amnesia de las cosas y se despertarán las campanas de las épocas y sus velas revivirán las equiparables distancias. Salud para siempre. Las ventanas quebradas en cada casa del puerto se despedirán de sus mujeres. Nunca regresarán porque están en la memoria de lo perentorio.
III
LLUVIA MARINA
(Frenesí incontenible para una cariátide)
Mujer: ¡te aman las orillas vivas del río!
LLUVIA MARINA
(Frenesí incontenible para una cariátide)
Mujer: ¡te aman las orillas vivas del río!
ARS VITA, GRATIA PLENA EST
Esta y toda tarde
en noche perniciosa de tu mente
yo socavo los cimientos
debajo diosa mano
instante llamado
como te llamo desde el vacío.
Y como vos tienes dos manos,
dos ojos, dos piernas
y
dos pechos abruptamente sinceros,
dos amores dormitan hoy
sobre
tu prado abierto; llora la basílica.
dos amores, tuyo mío nuestras espaldas
a la razón del universo.
¡Ah, diosa mea! ¡Desgraciado mis oráculos!
¡Ah, diosa sobre el océano épico de las almas!
¡Perdonadme la soledad antes de tu espera!
Enfurece esta plantación oriental de adorador.
cicatriza mi abertura de pájaro sin alas.
Debo recordar que mas tarde
irás a gobernar
el otoño de Buenos Aires.
Y sordo,
en mi equipaje no fusilaré
mi tipografía cierta,
tuyas tus orejas,
oh, gran constelación
deseada osa mayor.
vivo desde tu luminosidad
agónico sin beber
en los extramuros de la cruz
del
Sur.
¿Qué buscabas tú? ¿Qué alarma
sucinta, alarmante, alarmado,
veo me corpore ex sanctus?
Esta y toda tarde
en noche perniciosa de tu mente
yo socavo los cimientos
debajo diosa mano
instante llamado
como te llamo desde el vacío.
Y como vos tienes dos manos,
dos ojos, dos piernas
y
dos pechos abruptamente sinceros,
dos amores dormitan hoy
sobre
tu prado abierto; llora la basílica.
dos amores, tuyo mío nuestras espaldas
a la razón del universo.
¡Ah, diosa mea! ¡Desgraciado mis oráculos!
¡Ah, diosa sobre el océano épico de las almas!
¡Perdonadme la soledad antes de tu espera!
Enfurece esta plantación oriental de adorador.
cicatriza mi abertura de pájaro sin alas.
Debo recordar que mas tarde
irás a gobernar
el otoño de Buenos Aires.
Y sordo,
en mi equipaje no fusilaré
mi tipografía cierta,
tuyas tus orejas,
oh, gran constelación
deseada osa mayor.
vivo desde tu luminosidad
agónico sin beber
en los extramuros de la cruz
del
Sur.
¿Qué buscabas tú? ¿Qué alarma
sucinta, alarmante, alarmado,
veo me corpore ex sanctus?
EL DESAFÍO DE ORFEO
Andrómeda:
nadie osará lanzarte a Poseidón-Cronos
pues este
Perseo,
desafía furibundo al Olimpo de nuestros días.
Mis ceremonias
en mi también, ceremonial imperio
ofrecen el sacrificio de mi vida;
me permites declararme tu Orfeo.
Así, Andrómeda,
hemos fundado un país donde las olas del miedo
no avanzan.
Rico es nuestro país,
el que se impone, con la suavidad
de tu rostro, -sol que no se pone en ningún mar-
la sabiduría de tu perfección antigua.
Orfeo, yo, comanda la armada y los ejércitos
que se iniciaron una mañana
en el juramento de cuidar a sangre
y muerte,
las murallas de tu ciudad
y los muelles tiernos de tus ojos.
Andrómeda:
nadie osará lanzarte a Poseidón-Cronos
pues este
Perseo,
desafía furibundo al Olimpo de nuestros días.
Mis ceremonias
en mi también, ceremonial imperio
ofrecen el sacrificio de mi vida;
me permites declararme tu Orfeo.
Así, Andrómeda,
hemos fundado un país donde las olas del miedo
no avanzan.
Rico es nuestro país,
el que se impone, con la suavidad
de tu rostro, -sol que no se pone en ningún mar-
la sabiduría de tu perfección antigua.
Orfeo, yo, comanda la armada y los ejércitos
que se iniciaron una mañana
en el juramento de cuidar a sangre
y muerte,
las murallas de tu ciudad
y los muelles tiernos de tus ojos.
LACRIMOSA
No mas que Sicilia
si no mas que Pascua
asoma tu vértigo en la explanada
de un sollozo, mar arrecio, detrimento,
disculpa de un tiempo
sin conocimiento de ciencia
en la motriz covacha
de
mis
soledades gastadas.
Burla de Mephisto,
teatro ruinoso y cadáver en las hueseras.
¿Cuál es tu número?
¿Cuál es tu transatlántico, pues me tientas
en el día a día al reflejo del padre Egeo?
DESSERTORE
Un solo temblor
ha de esperarme.
un halo de noche prestada
equívoca, ruge en las afueras del cielo.
Un halo de noche,
equívoca, gime expoliada.
eres la gestación “de por la vida”,
rada tierna, de vientos que solo toman
y dicen, con voz de dulce ebria:
“-Ven, que esta bahía causa sed a vos, poeta,
viejo infelice-“.
Adornada completa de rubíes,
Ungida de capulí, toda luz, toda leche de Amaltea,
Doncella de Dido, cartaginesa umbral,
Cámbrica maga
Te ubicas dentro de los ídolos identificados
Con el carro de la Luna.
Tu olor es de aquellos fatales rancios humedales
En la palpitud de un mundo
Atado a sus pies.
Un solo temblor
ha de esperarme.
un halo de noche prestada
equívoca, ruge en las afueras del cielo.
Un halo de noche,
equívoca, gime expoliada.
eres la gestación “de por la vida”,
rada tierna, de vientos que solo toman
y dicen, con voz de dulce ebria:
“-Ven, que esta bahía causa sed a vos, poeta,
viejo infelice-“.
Adornada completa de rubíes,
Ungida de capulí, toda luz, toda leche de Amaltea,
Doncella de Dido, cartaginesa umbral,
Cámbrica maga
Te ubicas dentro de los ídolos identificados
Con el carro de la Luna.
Tu olor es de aquellos fatales rancios humedales
En la palpitud de un mundo
Atado a sus pies.
DOLOR DEL SECTANTE
Mi tempestad de aquesta hora aloque,
mi villana, pésame vuestra capa
como las estrellas al solitario náufrago,
mi quijota por los mares nunca llegados
al finis terrae
ni a Hornos o nunca en Buena Esperanza.
Madonna de la Grecia exquisa,
atrápeme vuestro pecho mas esplendoroso
que castellano navío de vela cruzada
rumbo a continente de Indias,
punzantes de tu oro.
Momia perdida en lo inescrutable
de mi llanto,
robada de la masacre de mi desaliñada religión,
Saqueados los templos
tu olor administra mirra;
sonoro crepúsculo
porque ahora,
el sol suena al caer y
te levanta en sus sandalias cada mañana.
LOS ACANTILADOS DE LA TARDE
Quisiera repetir la salida dramática
de este nacimiento
quisiera, dormitándome lozano,
abrazar a la vida sobre la magia
de la doncella marina, quisiera, sí,
como la maga que es.
Porque quisiera yo nacer y recogerme
en lactancia con la vista sólo fija en ella.
Y porque quisiera yo llamarla,
a la doncella marina y hacer
de un sueño que existe ahora,
mi madre, mi hermana y mi doncella,
la doncella marina.
Yo, porque quisiera nacer como llamado
por su besos,
ser el columpio sobre el que se divierte
su brisa que me roba el aire,
la segura oxigenación de juncos y hortensias.
Porque quisiera ella, que se posa como pajarillo
noche a noche en mi ventana
la que ya, ni con los vientos mas adversos
quiero cerrar.
¿Cómo, madre Poesía, quisiera yo,
abominar de vos y amamantarme, original,
de la doncella marina?
Pues vos,
me contestas lo que yo asumo,
tan gigantesca es su belleza y perfección
que tan solo, y gracias a tu quemante fuego de los aires,
escribo hoy,
que deseo estar, quisiera yo,
estoy naciendo noche a día
sobre los brazos de mi doncella marina.
Y esta doncella marina
gobierna esos océanos, que son suyos
en lo inacabable del tiempo de los océanos.
Quisiera repetir la salida dramática
de este nacimiento
quisiera, dormitándome lozano,
abrazar a la vida sobre la magia
de la doncella marina, quisiera, sí,
como la maga que es.
Porque quisiera yo nacer y recogerme
en lactancia con la vista sólo fija en ella.
Y porque quisiera yo llamarla,
a la doncella marina y hacer
de un sueño que existe ahora,
mi madre, mi hermana y mi doncella,
la doncella marina.
Yo, porque quisiera nacer como llamado
por su besos,
ser el columpio sobre el que se divierte
su brisa que me roba el aire,
la segura oxigenación de juncos y hortensias.
Porque quisiera ella, que se posa como pajarillo
noche a noche en mi ventana
la que ya, ni con los vientos mas adversos
quiero cerrar.
¿Cómo, madre Poesía, quisiera yo,
abominar de vos y amamantarme, original,
de la doncella marina?
Pues vos,
me contestas lo que yo asumo,
tan gigantesca es su belleza y perfección
que tan solo, y gracias a tu quemante fuego de los aires,
escribo hoy,
que deseo estar, quisiera yo,
estoy naciendo noche a día
sobre los brazos de mi doncella marina.
Y esta doncella marina
gobierna esos océanos, que son suyos
en lo inacabable del tiempo de los océanos.
LA CAIDA DEL ÍCARO NEGRO
(Ab imo pectore clamavi)
No te apartes de estos vientos,
sirena varada semper
sobre las desnudas playas del pensamiento marchito
del atardecer.
Sombrío es el paraje de cadenas
golpeando el cielo por fin,
diáfano
de los días que no cesan
sino
al
reconocer
el
atardecer.
siento una masa,
un gentío,
derrumbes,
oxidaciones imposibles
cuando emprendo el retorno
a
la habitación sin nombre
colgada, ajada, inútil
de antiguas soledades gastadas.
Siento la herida que parte en dos
mi silencio oceánico sin ser nunca
el Mar Rojo,
pero sí, emerjo como un Moisés
al avizorar, al fin, el Canaán que
eres vos,
pecho indemne,
aroma a primaveras que ha
llegado para quedarse y
conversar.
(Ab imo pectore clamavi)
No te apartes de estos vientos,
sirena varada semper
sobre las desnudas playas del pensamiento marchito
del atardecer.
Sombrío es el paraje de cadenas
golpeando el cielo por fin,
diáfano
de los días que no cesan
sino
al
reconocer
el
atardecer.
siento una masa,
un gentío,
derrumbes,
oxidaciones imposibles
cuando emprendo el retorno
a
la habitación sin nombre
colgada, ajada, inútil
de antiguas soledades gastadas.
Siento la herida que parte en dos
mi silencio oceánico sin ser nunca
el Mar Rojo,
pero sí, emerjo como un Moisés
al avizorar, al fin, el Canaán que
eres vos,
pecho indemne,
aroma a primaveras que ha
llegado para quedarse y
conversar.
LA MANO Y EL MAR
Tersa loba amplia en la amplitud
de tu desnudez inicial:
hoy decido traer muchos hijos para vos.
Te muestro mis hijos, tus hijos,
que te coronan por las mañanas
y que cantan por tus contornos
himnos celestiales en las Ágoras colmadas
de vellos erguidos
sacramente.
Hoy traigo mis hijos,
que son tus hijos también
y celebrando ellos el llegar a tu pecho
clavan sus manos en mis manos
en una prisión de tu mirada
en connivencia con tu piel.
Loba, hechicera de por siempre,
que tomas mis hijos, tus hijos,
que brotas a la vida cuando mueres
múltiple y laxa esclava del amor.
yo te traigo mis hijos, tus hijos
que son el néctar de este único
e indeclinable mar.
EL SUEÑO DE CALÍOPE
Hoy he visto dormir a una diosa.
Y no recuerdo contemplación tan magnífica
En una vida colmada de pantanos exiguos
En su verdor.
He visto como ell me arrastra a su sueño
Y revolotea tras de mí
En el laberinto bello de su alma.
He sentido la respiración húmeda de amor
Que exhala de su piel
Y que la hacen levitar
Poseyéndome todo
Quitándole el peso a mis parpados.
Trato de sumergirme en la mente orgullosa
De su trance y me lleva
Por las calles cretenses de su deseo
Y me colma de ajuares e inciensos
Para que yo duerma anclado a su pecho.
Diosa
Os pido no dilapidar vuestras horas
De ansioso sueño
Nada mas hermosos habita la vista humana
Que observamos en la placidez de tu dormida faz.
Tentado estoy de ahogar mi llanto
En el placer benévolo de tu sueño
Diosa del amanecer
Porque ahí vos huyes.
MITO NOCTURNO
Para que la loba marina
Conozca mi deseo de tenerla y atarla a mí
Por las noches:
Un viejo cóndor todo diamantes sus ojos
Y ámbar su tupido plumaje
Vigila su templo.
Jamás se verá comunión perfecta
Entre mamífero y ave.
Y es único este axioma
Porque único es este su amor.
Único e indeciblemente único
Transparente y vital
El cóndor abre majestuosamente su espíritu
Como amplias alas posee.
Protege desde siempre a la loba y su leonada piel
Porque así de único pájaro
De único amor le ama.
Escribo esto
Para que la loba marina conozca mi deseo
De tenerla atada a mí
Por las noches
Si estrella fuese entonces
Solo de noche
El cóndor volaría.
Para que la loba marina
Conozca mi deseo de tenerla y atarla a mí
Por las noches:
Un viejo cóndor todo diamantes sus ojos
Y ámbar su tupido plumaje
Vigila su templo.
Jamás se verá comunión perfecta
Entre mamífero y ave.
Y es único este axioma
Porque único es este su amor.
Único e indeciblemente único
Transparente y vital
El cóndor abre majestuosamente su espíritu
Como amplias alas posee.
Protege desde siempre a la loba y su leonada piel
Porque así de único pájaro
De único amor le ama.
Escribo esto
Para que la loba marina conozca mi deseo
De tenerla atada a mí
Por las noches
Si estrella fuese entonces
Solo de noche
El cóndor volaría.
ROPAJES Y ALIENTO PÚRPURA DESDE EL ALEJAMIENTO
Tú
sensación estrepitosa de rompimiento ideal,
vacío cerebro que en plenitud recibe
unívoca fuente de spleen,
que el recorte de la tarde
recorre instancias del megalítico
sobre tu cara
tú,
hoy a vos te clamo
“de profundis”.
Tú,
manifiesto exclusivo del burdel de mis viajes,
anaconda hundida trepanando mi también
vacío cerebro;
soledad imperial, yacente figura meditabunda
veo que lloras la sangre del río
ayer.
Tú, Deja Vu de los volcanes inalcanzables
a tu propia visión,
toda laburo, toda miel inexplora
que en sordina me acicala a mí,
todo cuerpo, todo silente
yo,
todo transivo con una paloma muerta
fumando en la antigua mano,
dejo viejo, dejo mareo.
Tú
sensación estrepitosa de rompimiento ideal,
vacío cerebro que en plenitud recibe
unívoca fuente de spleen,
que el recorte de la tarde
recorre instancias del megalítico
sobre tu cara
tú,
hoy a vos te clamo
“de profundis”.
Tú,
manifiesto exclusivo del burdel de mis viajes,
anaconda hundida trepanando mi también
vacío cerebro;
soledad imperial, yacente figura meditabunda
veo que lloras la sangre del río
ayer.
Tú, Deja Vu de los volcanes inalcanzables
a tu propia visión,
toda laburo, toda miel inexplora
que en sordina me acicala a mí,
todo cuerpo, todo silente
yo,
todo transivo con una paloma muerta
fumando en la antigua mano,
dejo viejo, dejo mareo.
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