II








PACTO CON EL DIABLO



Las lágrimas,
las estalactitas de la noche
se dejan besar en la boca.

PACTO CON EL DIABLO

En el plazo perentorio de la noche
En la ebullición de mares que se debaten entre el universo venido abajo
Y la resolución de separarse de los estados de la sombra
Así planifican mis adentros un asesinato
De las masas.

Gime el estiércol bruto en las afueras de la ciudad derrumbándose toda sola
Y para siempre
Porque de este lado del temor
Un temor herido que hiede a la sangre perdida
Un temor mal nacido y en horas indestructibles como la fragata verde
Que gobierna este también temeroso sueño
Recae en la certeza del hambre solitaria mas allá
De la tarde de otra infancia
Que sería en definitiva la verdadera vida.

Ancho y presuroso como lo oblicuo de un camino espejo
Que junta los horizontes desconocidos y marginales
El ruiseñor que me adoraba con saliva de flores elegantes
Bosteza en sus dominios de rey cartaginés
Esqueleto sin memoria que ya no descansa
En la fosa común de mi mente.

Este pacto con el Diablo es antiguo
Salió de una jaula como de cactus
Y clavo su mirada en mis espaldas
Mientras compraba licores de azucenas
En el abasto de un árbol necio y horrible
Que era cuadrado, insensato y bautizado.

La traba puesta a su idioma fue la de no tener mas lenguaje
Que la medicina de los cuerpos que jamás se juntaron
Que no eran cóncavos pues así comprobaron
La imposibilidad que les era propia de no hacer el amor
Tendidos boca abajo del cielo rayado de extremo a extremo
Por el clavo sangrante del Cristo.

Escucho estruendos

Estruendos que repelen a una procesión de oboes de notas marchitas
Añoro el arcaico paseo por entre las mejillas ajenas de la nieve
Y del resultado añoso e irreconocible de las proyecciones uno se cae
A lo macabro de estar lejos de los grillos y sus violas
La bofetada poderosa que incitó a ese pacto
Y que es un parto que no cansa
Y lo que digo es que desayunar y enfrentar el invierno de Babilonia
Y regenerar al idioma y transigir sus miedos
Y saberse perdido para siempre y siempre lo mismo
Es un olvido más grande y elocuente
Que tomarle el pelo a los veranos
Dejándolos ciegos de tener que regresar lejos de la Mar-océano.
Que tratar de reformular la estructura de ese océano entero
Es ir de la mano de los maceteros
Aquí arriba
Plantas de lluvia
Porque la lluvia posee ojos y emoción
Y que de nuestros ojos cada vez más próximos a cada estación y a cada instante
Se despiden atardeceres irrevocablemente fastuosos
Tremendos cactus alzados a la manera de viejo almirante
Herido de llanto y marinero varado en tierra a la espera de reflotar sus escuadras.

Escucho de nuevo esos estruendos y ahora os anuncio un holograma
Lo difamo atado y deshollo su personalidad vencida
Es un placer pues y es fácil violar a un vencido que está enfermo Y que tiene por féretro
Un cielo cargado de avispas griegas
Borrachas del rocío abisal de mis profundidades

Os anuncio una muerte vieja y trepadora de huracanes dormidos en los volcanes
Porque de la victrola que anida bajo mi lerdo camastro
Horrendo como el infierno que es cualquier pozo del mundo
Resuenan canciones rescatadas de viejos naufragios aéreos
Donde mucha juventud
Se quedó callada inútil para siempre.

Me descubro en la intersección de los suicidios
Escapando
Y bebemos a la salud de las despedidas
Digo adiós
Tengo pesadillas con los adioses
Me acribillo de frente y por la espalda
Pues mi espalda vendría a ser algo así como el sombrero del viento
Que corroe como la Mar-océano
Al viejo muelle de Balmaceda
Así me convertí en una piedra y me lancé contra mí mismo.

Tal vez os recuerde en mil alucinaciones cuando esta vieja deuda pague
Pero yo recuerdo a De Rokha: “Estoy vivo porque yo RESPIRO”
Y estoy transmitiendo en anacrónicas señales no de humo pero si de fuego recio
Recuerdo algo que recién ahora estoy diciendo
En el emigrar de las aves de fines de Marzo
Aves tan amplias como las mallas que tejen en su vuelo
Mas que triangularmente hermosas
Son cavernas hechas en pleno aire siempre iluminadas.
La tentación y la satisfacción de saberse vivo
Se perdió frente a todo lo que se perdió
Y que también
Para abarrotar las bodegas del hastío
Se remató a lo que el viento mejor pagó
Ya es tarde
Ya es tarde
Ya es tarde muy tarde
Vengo caminando con un brujo al lado
Que se entretiene contándome mis propias historias plagadas de licor amnésico
“Ya es tarde” le digo
Pero no se devuelve a su litera que se ubica en los extramuros de mi mente
“Vete, vete, vete cosa espléndida, espinoso arrebato del recuerdo
anida en tu alma el convencimiento del pago de la deuda que
te será cancelada antes de la medianoche del invierno”

Digo adiós
Y las carabinas del Infierno me despiden
Agitando sus pañuelos largos y rojos.

Ya es tarde amigos
Ya es tarde

Yo decidí este pacto y lo hice mío
Yo decidí este pacto y lo hice con el Diablo
Y me jugué la sangre
La existencia
El candor y la rebeldía de conocerme a mí mismo como muchos no pueden
Durmiendo en trenes con una ilusión que es indestructible
Que no se apaga como las dóciles fogatas de cielo en la penumbra de la distancia

Yo hice este pacto y lo hice con el Diablo
Porque tal vez sea preciso seguir haciendo y renovando pactos con todos los demonios

Ya es tarde
Ya es tarde.






VENUS CIRCULAR

Y entonces
Cuando era entonces y las leyendas y su lenguaje hablaban de tribus
Que ya eran viejas
Cuando era entonces y tus trajes ya me conversaban de vos
Cuando era entonces
Nacías pequeña e indefensamente tierna
Y despertabas de tu sueño de loba amando todo el aire que te rodeaba
Nacías tranquila como esperando segura el carro de la eternidad
PORQUE EL AIRE TE AMA
Y YO ASIDO A TU AIRE
TE AMO EN LO INMENSO E INCONCLUSO DE LA CREACIÓN
DEL MUNDO QUE SE HIZO PARA VOS.

Tu larga cabellera que es hoy
Como tus finos pies y tus pechos de néctar
La luminosidad hecha lámpara del universo
Juegan a la ronda sobre tu vientre cuando este desprende el vaho de tu sudor
Del que yo me embrujo
Y cuando emerges álgida y las vértebras se te hinchan comprendo
Mágica pastorcilla
El fenómeno del éxtasis gimiente del que me envuelves
Hasta morir en la extensión de tu mirada
Y yo
Remando al final del destino de los cuerpos
Te complazco
En la furia o el desdén
En la ternura del amanecer o en tu sensibilidad de madonna.

Hay una fiesta para tu corazón de fuego
Hay un carnaval gigante
Hermoso
Pleno de luz y de oro
Preparado para vos en las magnitudes del alba
Un festival de artificios naturales y destellos cromáticos que nadie conoce
Un decálogo de alquimia única
Que yo conozco cuando tu cuello es una corona diamantada
Que mi boca ha osado robar.

Hay una fiesta y un carnaval de vendimias para vos
Yo te nombro Venus Circular

Yo te nombro Venus Circular por tus formas y tus movimientos
En la furia del amor
Oh Venus Circular
Angustia de estar lejos de tus manos
Es angustia humana
Es miedo de estar prendido por los fantasmas de la penumbra
Es temor de no encontrar la lumbre de tus ojos quemantes
Desde aquí
Alturas perfectas divisando todo valle de tu cuerpo
Anchurosa visión en la plenitud de la carne
Yo me fusiono con mi carne tu carne
Y mi alma tu alma
Para siempre y mas allá de los terremotos anunciados
Venus Circular








EL ROSARIO DEL DIABLO

Yo cuelgo al cuello del universo
El rosario del Diablo
Dolosa sinfonía que colisiona de frente y a la velocidad de la oscuridad
La cara partida que se pudre en el ombligo de Dios.

Unos y otros que son uno y lo mismo
Van colgados mas atrás de la espada de Gabriel
El arcángel de los prostíbulos
Y de su cintura que es mas amplia que un alcalde pederasta y ladrón
Circula el letargo de las ciudades que no se ven iluminadas
En las noches de viaje solitario
Cuando el loco del bar dejó de anunciar todos los años nuevos
Ya sin mas remedio que abandonar sus reliquias
A lo sagrado del imperio.

Te veo Satán y veo que te aflige la inexorable cuenta del tiempo
Porque daría al fin y al cabo lo mismo, inexorable y rutinariamente lo que no se olvida
Si vuestros testaferros
Que son vos mismo pero con mayores frustraciones que el licor del que fermentas
Si se llaman Prometeo y Abbadon
Inútiles recetas de perpetuar la marginalidad a que nos acostumbras
La misma marginalidad que es la seducción del fantasma de la personalidad
La experimentación del dolor ajeno
Ávida de aventuras, mezcla de vulgares traviatas
Y agudas peroraciones sobre pinturas deshechas por la voz de la sabiduría
Que jamás llegó –y que no llegará-.

La sumatoria de todo esto
De lo que se derrama en cada vaso proscrito por el sueño
De siestas abatidas en días de calor
Es la sumatoria de la vida negada a revelarse en el sentido exhausto de la muerte
Yo hablo de su vendaval que trajo fortuna y que empeño sus enseres
A los baqueanos elegantes del alma.

La sumatoria de toda esa vida
Huérfana de nutrición
Expósita
Apátrida y sin ciudadanía que se le merezca en algún rincón tibio del globo
Vuela en su incansable sentido de la mediocridad
Y luce un medallón “clizado” que es refugio de pájaros escogidos
En cansadas ceremonias
Al fragor de una antigua fogata
No importando si se pelean las orillas opuestas de cada oído
A Satán occidental no le importa la sordera de las aguas.
A Satán no le importan las incompetencias y la desidia de los confesionarios
Y sus cruces rotas en el penúltimo vagón del pecado
Pues del recuerdo todas las aves migratorias están hechas
Y la borrachera de cada mañana en la cual detentan
Un idioma legible para la odiosidad de los frailes
A Satán occidental no le importan los mitos
Porque no existen y las leyendas que tampoco existen
Se adornan de alhajas.

El idioma ha parido mundos invertebrados
Un capricho de la evolución hace que estos respiren al alma del éter
Y la furia del dios de los desiertos
Es mas exacta que las promesas de ver ampliados
Los retazos de un pintor que cuelgan bajo el puente de lo que es prohibido.





QUINTA ESTACIÓN

Deseo escribiros
Caballera armada del escudo de la seducción
Y del yelmo abierto del beso
Una ilusión de eternidad sobre tu espalda
Y hacer un paraguas que recoja para vos
Todo el rocío de mi palabra.

Que de esa palabra
Que es el aliento húmedo desde el cual los vigías de mis manos
Recuperan a tu cuerpo cuando se ha cansado ya de haber emergido
Trabaja para mí también
En la revitalización de habernos unido
Sin falsos decoros ni promesas elocuentes
Porque para amarnos es que hemos venido a esta mañana

Que el ropaje necesario para todo los inviernos de este lado del cénit
Cubran tus formas exactas
Porque no son perfectas
No
Son exactas mas allá de cualquier barco
Pues aquí están

Antigua doncella plácida
Mosto exquisito del viñedo de la carne que no es débil
Para amarte se necesita ser fuerte en la carne
Cuando te desparramas en el lecho de la noche
El águila desciende a su estigma nómade
Recalando en puertos donde esperan espléndidas vasijas de leche
Para ser llevadas a las ansias de perpetuarse
Yo bebo furiosamente de tus senos y crezco a cada sorbo gigante
Húmeda tierra
Valle de fértiles comarcas en carnaval incesante

Para ser magos
Oh mujer de mis adentros mas perceptibles
Tendremos que ser primero los vigías de nuestras almas
De los cuales ya os hablé
Y recién ahí
Bajo la tupida sombra de las tardes de Julio
Amar a morir siempre
Pero esta vez a la vera del follaje eterno de tus intenciones
De mujer.






REX SANGUIS, REX MOONA

La corona de la luna brilla
Se apaga
Caldeada por un Anubis recóndito
Se apaga en desmedro de los que no creyeron verla
En la figura de un saco
Que se retuerce como un niño adolorido
Sangrante
Esculpido por la razas
Escupido por los arciprestes del mercado.

La corona de la luna que brilla
Se apaga en la confusión de cerros iluminados
Y se desplaza en la lentitud facial
De la caída en riesgo de ser levantada
Segura de si misma
Con la conciencia raída y húmeda de parto.

Y la corona de la luna que brillaba
Se apaga para desgracia de quienes
Nunca quisieron verla
Para la maledicencia de las solteronas hambrientas
De la fornicación del tiempo.

La corona de la luna tiene el fin de las cataratas
La corona de la luna regada por el llanto de las rosas
En la santidad amorfa de los procesos histológicos
Amables con su pestilencia de huracán perdido
Encuentra su pasión que retorna
En la encrucijada de los caminos
Que ella anunció alumbrar.






UNICIS ACQVAS

Amada mía
Esta noche será de copas
Sobre las palmeras de la amanecida lluvia
Esta noche no serás mi mujer sino mi amante
Y vas a dejar atrás tu llanto de gacela
Porque seremos tú y yo
Crucificados solos en la cima del monte de los cuerpos
Porque ya hay pájaros anunciando
Lo que resucita tras los estertores a que la desnudez
Nos acostumbra.

Yo te hago una aureola de santa
Sobre los dedos de tus pies de árbol cae el verano del éxtasis
Eres virgen pero en mi exclusividad
La tarea de crear y creer al mundo
De arrodillarse ante la temerosidad de resolver el amor
Ha sido lo infalible que nos mantiene unidos navegación abajo
Por sobre las aguas inconclusas de los espejos
Por ello las olas siempre vendrán a peinar tus playas
Que son y han sido desnudadas
Por el estuario pardo y blanquecino que augura
Estaciones para tiempos de borrasca
En la pradera de la lumbre oculta del deseo en público.

Ah
Dulce bandera de viaje
En la pasión cosmopolita de una nación
Que se recorre en el secreto de robarla
No hay reyes mas incrédulos de tanto tesoro
De tanto cofre brioso en risas
De tanta arca llena de melancolía
Que nuestra conversación y que es amable
Tal como sentirse.

Yo te hago una aureola de santa.

Yo te hago una aureola de santa
Perfecta nueva e inquebrantablemente única en su ansiedad.

Yo te hago una aureola de santa

Yo te hago una aureola de santa cada mañana.






LAS LÁGRIMAS DEL VIENTO

Orillas opuestas del tiempo
Cerro abajo de la nostalgia de la quimera
Los que viajan noche tras noche a la tierra de las utopías
Han de tener el alma negra de esperar los cantos fortuitos
De mañanas diferentes y sonríen sobre la góndola
De lo que se olvida y de lo que se olvidó.

Las puertas del asfalto
Del dictamen unívoco
El viejo motor del viento
Mansedumbre de la tarde que hierve
Herida
Tumultuosa
Recóndita y perdida a la deshora
Mientras cae con el dolor nublado
Imperceptiblemente álgido
Enorme por sobre el porvenir del mismo viento
Del que yo hablo y que cruza remando en su bote
Por las aguas pútridas de gritos
Muertas de la ciudad
Alcanzando indecisamente esas orillas opuestas
Como en la cual se debaten los polos.

No hay terciopelo mas falso
Que aquel calzado por la novia de lo que se creyó impuesto
A la razón nacional de la república de los locos
Definida en comicios tres para las cuatro de la madrugada
Entre vagón y vagón rumbo a la comarcas siempre en crisis
Es decir
Críticas en las horas críticas de la acidez soledad
De la falta de manos que acarrearan el agua
A los lavabos perpetuos de la miseria de encontrase solo.

La ecuación de la muerte es muerte a muerte y muerte a muertos
Yacen sus espíritus marcados a fuego
Sobre la porcelana de los suburbios de la mente
El crimen
El incesto
El horror y el ultraje
Gobiernan todo aquello
Que hace de las estrellas una masacre mas dentro del fracaso tentacular.






ADIÓS SANTIAGO

“No me voy de esta ciudad con la resignación
de los visitantes en tránsito.
me dejo atar fascinado por ella
a los recuerdos de presente: (...)”

Enrique Lihn

Tú que cargas ríos sobre las espaldas
de viejos elefantes,
digo
adiós...

Santiago,
Amante dormida atravesada por la piel
de un vestido roto,
dulce niña asfixiando a los morteros de su ira.
Adiós, pequeño feudo
en las tardes leyendo risas.

HOMBRES CIEGOS COREABAN TU NOMBRE
Y LOS GAVIOTINES VOLVÍAN A SUS CASAS.

Un egregio parque
daba las doce
con su reloj de amantes. Todos se alumbraban
por igual y recorrían sus heridas santas.
Adiós Santiago.

En el dintel de una talabartería
quedaron escondidos
los poemas de un zeppelín ardiendo. Ningún gorrión lo notó.
Yo vendré a buscarte en un tranvía por las mañanas.

Veré locomotoras de trigo
en tus palacios aéreos.

Adiós, Santiago;
en tus teléfonos los libertinos
transitan a nacer de nuevo.

DICEN ADIÓS LAS ARPILLERAS
DE UN MUSEO AÑOS ATRÁS.

La navidad no llegó con las primaveras de ébano
y sus árboles. Entonces almorzamos en un cementerio
todas las pirámides
y danzamos en las catedrales
de lo que nadie usa. Todos se marcharán a sus sueños.

Las palomas me llevaron a tus puentes.
allí recordé a la Poesía mas leal y hermosa
mecanografiando los rieles que aun duermen.

Adiós Santiago,
gris emperador dormido escamoteando colores en su tumba.
tu victoria será ante el tiempo que te da la espalda.

Adiós Santiago,
llave de mi alma.

Adiós Santiago.


TRAVAIS PLENARES NER

Vieja caparazón de infancia verde: ¡Duerme en el campanario de los ojos jóvenes! Viste su amiga los atavíos de la montaña penitente. Resaltan sus pies que son como el sueño de todo el universo. Los paridos por el viento deshojaron un país entero y sus HOLOGRAMAS cayeron a la gran carpa de espectáculo de la trata de blancas mantenida por hordas de una sombra de velas retratadas en el viejo Egipto de los ríos ciegos. Y tiene las manitos celestes como el bostezo hermoso y metálico de su boca y sus pinturas lloran desvencijadas sobre su mueble familiar y generacional-sacro. Esta mañana se abren botellas parecidas a los anillos de su frente casual, lozana y grecolatina, a la manera de cortejos fúnebres amarillentos su voz se parece a la guerra de provincia. Es terrible mirarse a sí mismo y encontrar solo idioma quebrado y cartas viejas pues así es la LITERATURA, pies bellos. Si ella caminara todo un año se pediría dormir en una pirámide. Los gritos del océano negro de la mañana canta su nombre sin música y un ruiseñor antiguo, trasnochador y elegante, tejedor de telarañas bíblicas, amigo de lo impasible y lo IMPOSIBLE, gárrulo, retórico y verdugo se dispara en la sien del centro de la CIVILIZACIÓN muriendo intestado y alegre de dejar nada ante la sinfonía de terremotos del asfalto. Vieja caparazón de esta edad negra que finge colores en desuso, dormidos los barcos casi eclesiales de una noche delirante: ¿recordaréis sus vestidos y su forma de joven que derrama aromas?







URAL

Rosa de los vientos de la Cruz del Sur de Marzo, amor en la cancha de peleas de la lealtad del horizonte y su mundo: esta es una vida de mucho temor. Cuidado con los candados y con los cercos de papel. Rosa de los vientos: esta es una vida de miles de años: Hoy encontré entre mi barba de endemoniado un clavo y rayé el cielo con él y cayó sangre sobre la aldea y siguieron cayendo los ángeles expertos, los favoritos del ETERNO, el llanto del ETERNO. Ruiseñores de la tarde. Hoy acudo a ellos antes que duerman para siempre y sean violados por la maldad del ETERNO. Como garfios de la Antártida me levantan en el sueño de la noche –inundan de rosas mis pulmones- recuerdan la desaparición de la estridencia de la noche. Las venas verdes todavía, pero hoy arrastran el asqueroso ser incubado desde la adolescencia y que es la ciencia de la muerte y la DESTRUCCIÓN. Por influjo de uno de los ángeles caídos, un pajarillo herido en lo mas profundo de sus pulmones regresó sin noticias sobre el desastre en las comarcas vencidas por las bombas. Fue así que pude descifrar los mitos de la personalidad. El oficio de las meretrices del plástico galante han logrado sobrevivir a la hecatombe de sus propios días pero los ángeles lograrán sobrevivir aunque el ETERNO no haya existido jamás. Pero el ángel es ya un anciano doblado y bonachón. Sus hijos serán astronautas y reclamarán su muerte un Jueves por la noche. El ángel ebrio ideo entonces los cuentos mas bellos y los repartió entre las tribus mas antiguas de la tierra y su cuerpo era infinitamente cansador pero conocido por estas tribus. Y el ángel del ETERNO despertó demasiado tarde de su sueño abrumador y humanamente superfluo.









DESTRUCCION Y DEIFICACIÓN DEL ANGEL
(Sonata autumnal)



I
Allegro andantino poco presto

Has crecido y no me has negado
Porque se prendió tu suerte de diamantes a nuestra voz
La tradición de los álamos desaparece por las mañanas
De la risa de los aviones que cuelgan
De los balcones
Gran hembra triste y de las tristezas coloquiales

Determinante estrella carcomida
Por los sabotajes de la memoria
Vienes a los imperios de geranios
Sola y sobre los espasmos retirados
Derramas lágrimas mártires sobre el iceberg de tu edad
En tu sueño mas cercano al abraxas

Convocáis trenes muriendo
En puertos fracasados
Y el cuerpo de la noche
Nos une en tragedia grecolatina
En la ciudad-patria-adoptiva

Trepando fachadas barrocas
Nos encontramos en el bombardeo final
Mis sitios se han espantado por lluvias metálicas
Huimos de los desvaríos mas sanos
Pero fue el delirium tremens
Lo que me hizo anarquista de la imagen

Pero has crecido
Y tus praderas hicieron que tu deseo
De compungir la carne
Degollara la noche
En dramáticas solemnidades
Hoy espere un estoque ególatra
Ante la aparición de los noctámbulos versos
En su totalidad
Caerás ángel
Vapor de danzas sin niños
En danzas superiores




II
Adagio scherzoso (con molto espressione)

Algo recorre los cimientos de esta ciudad de padecimientos
Es el imperio de las luces de otoño
Que devuelven tus antiguos juguetes
Aquellos que desechaste cuando perdiste el idioma
Pero te convirtieron en alondra pasajera
Te regalaron un vestido plagado de avecillas nocturnas
Para usarlo la tarde de tu primera lágrima de desencanto
Y pedernales
Tu cabello razonó como el maizal perdido que es

Cuando con las manos quemas la tarde
Las antenas de rumorosas colinas
Debes estar preparada para el miedo de las generaciones
Que vendrán por vos
Atacaran vuestros velos de gran sacerdotisa
Y eliminarán en ritos orgiásticos
El fuego endeble de tu anterior vida

Tendrás que preparar la nao de tu templo
Pues osarán robar la ambrosía de tus bocas

Desconocerás al imperio del tiempo
Porque este jamás ha tenido destino conocido
En su desasosiego no hará reparos a tu excelente presencia
De antorchas

Ninguno de los mejores y mas favoritos de tus fantasmas
Llegará a las inclementes horas del Polo
A orientar tus faluchos.



III
Finale: Allegro vivace ma non troppo


Resuena el crujir de mis huesos perdidos
En la procesión definitiva de las cosas
Todo se derrumba en el trono anverso del horizonte
Gran cortadora de las palabras del mundo

Desde las azoteas de mi vista
Vigilo tus recuerdos de funeral

Y qué idioma tan fresco traes a mi paladar oxidado
Mientras se esfuma tu barroquismo de diálogos desde los crepúsculos
En el Egeo

Azota aquel idioma en las paredes de tu templo

Explora los olivares de la nube magallánica

Aquí
Antes de la caída de todos los aviones conocidos
Rememoraré lo frágil de tus idilios
Que duelen en todos los ángulos
De Grecia.



IV
Funeraillies:
Harmonies poetiques et religeusses
(Sobre un viejo inpromptu de Chopin o el Silencio de Andrómeda)

El viento sur anuncia el fin de los hologramas
Y el grito del primer hombre que se cayó
Con el incendio del primer zeppellin
Pues este se estrelló en todos los cielos habidos y por haber
Y de todas las ciudades que yo prefiero.

Esa tarde quedamos ciegos en la eternidad.

El horizonte colgado de un árbol
Fumaba interminablemente de su pipa de abuelo de materias
Desde el Egeo brillabas.

Dime
Dime que todas las bombas se han fugado para siempre
Y que vos me regalarás el hambre de hace siglos
Y que de hace siglo he necesitado vivir.

Desde las rocas de mi patria submarina
Pude garantizar antes que los otros lo verídico
De tus proezas aéreas

Cerraron la estación
Y tu preguntabas el sinnúmero de las explicaciones
La cerraron para evitar el sempiterno paso de los fantasmas y las despedidas
Que me pertenecen por las noches en compañía de aquél viento Sur.

Estás allí en las tardes y no necesitas de cementerios
Repatrié tus restos y los hago un circo en mi febril universo
Que ya no vuelve

Se incendió París
Pero vos preferisteis quedarte conmigo
Y la estación también se quemó.
Naciste antes que mis dioses muertos
Y tienes una soledad de estación sureña en la mirada.

Todos los idiomas te liberan
No te convenzas de encarcelarte
Pues si las lenguas de la humanidad te liberan
Yo poseo fuego en el idioma
Y mi lámpara se surte de sangre

Puedes estar en los teatros derruidos
Porque eres mas imponente que la Beatriz
Sin perder el miedo a Virgilio.

Por eso
Porque no vives en los infierno ni en el Cielo
Solo vives en la luz y aterrorizas a mis demonios
Y a mis desgastadas tinieblas marchitas por el rocío de mis mejores años

Todos los llantos obedecen a tu silencio
Como un gran iceberg sin viajar a Sevilla
Y desciende a su muerte mas allá de los polos.

Oh mi tibia Andrómeda
Determinante como los juegos que marcan el inicio de cada estación del año
Yo he viajado tiempo sobre tiempo abajo
Renuncié a mi racionalidad para hacerme polvo
Del discurso de los hombres
Y de las razas originarias de los cinco rincones del mapamundi

PAZ IMPERATRIX MUNDI

Te llevaré conmigo a París sin haber estado nunca allá

Dejarás de ser como la niña de provincia
Que mira tarde a tarde por la ventana de su pequeña casa de aldea antigua
Y a la cual sus padres no dejan salir a los bailes de las fiestas primaverales
Por miedo a que venga su novio que prometió escaparse con ella
En helicóptero
Cuando las guerras terminen por fin.
Vámonos a París
Alza el vuelo inicial e insta a las golondrinas que buscan incesantemente
Barcos sobre os cuales descansar
Y procrear sus mas grandes y hermosos poemas.

Inventas los grandes rituales
Contra nuestro mas temido enemigo
El tiempo.

Tu definitiva casa será París.

Una campana
Que es la cúpula del mundo
Perora tu llegada
Y tu triunfo definitivo sobre mí.





LA INMENSA SEDUCCIÓN DE LO PERECEDERO

Sentado a la diestra del Demonio
Y la siniestra de Dios
En una calle de fuego recio
Vengo de recorrer los prados
Y rayar las murallas caídas y apilados su gritos
Sobre bostezos de muerte y de cañon.

Es grande el vacío de los teatros iluminados
Y de los obeliscos de Agosto
A cada jornada
En la que usamos y abusamos del licor
Que pende del techo
Aumentamos la herida de la que somos íntegros
Tan íntegros que somos los representantes mas grotescos
Del esplendor grecorromano de las murgas
Que forjaron entre libaciones y orgías
Nuestras cabezas cortadas como la sepultura tierna de cada mañana
Amamantando las galeras de baldosas.

Fingíamos levantar al amanecer
Las tropas cansadas de la Luna
El barco de la Luna es la mejilla del beso mas extasiado
Dado a la musa mas bella y que deja de ser el cristal mas preciado
Al conseguir mas que un orgasmo ese beso.

Espectros rupestres
Lo mas codiciado por los debates de la horca
Hoy sí que son los fantasmas
Se duermen con las candelas del cerebro
Que es el primero en tronchar la metafísica
De la cuerda del reloj y del suicidio
Eso es un auténtico cerebro.

Un cerebro que recuerda los trenes
En los cuales arremetió con pasión y cuerpo
Ante los sustantivos de selva
Que se le presentaron.

El tiempo de los baldes vacíos del ave rapaz de la distancia
Anida sus lúgubres bestias comiendo y peleándose la carroña
De sus estampidas
Como en la carroza de un lápiz perdido
En la intención de la “amanecida”
Que se marcha a su república
Solo y a pié.



RESURRECCIÓN DEL VAMPIRO

“Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.”

César Vallejo

Yo dormí cientos de años
En sendos palacios mas allá de las nubes de Marzo
Las musas peinaban noche a noche mis cabellos
Y besaba sus senos blancos, grandes y celestiales
Bebía de licores siniestros y desconocidos
Porque al amanecer hacía el amor
Con los cuerpos más lozanos
Adolescentes y tersamente bordados.

De los árboles de Gog y Magog
Un ángel cada mediodía de dirigibles
Descolgaba para mis estaciones
Frutos deliciosos y únicos
Con cada vendimia del rocío
Sirvientes dorados
Elefantes rojos y briosos faisanes llenaban de vino
Los toneles hermosos de mi cerebro.

Nunca hubo tumbas para mis elementos
Todas las habitaciones estaban tapizadas de espejos
Liberados del oro español.

Pajarillos cámbricos iluminaba mis mañanas.
Ellos
En verdad
Inventaron la música
Solo calidez de puertos escondidos había en mis camas
Triunfaba la comunión-mujer de los cuerpos en batalla celeste
Largas temporadas yo pasaba hundiéndome en sus sexos deliciosos
Y ellas
Las musas
Proclamaban a los cinco rincones del globo
Mi triunfo sobre las cruces.

Elegante varón dueño de la ópera de la Luna
Me bañaba en los delicadísimos brazos
De la verdadera Vía Láctea.

Sola se mofaba del mundo
La insolente alma
En la biblioteca de vidrio.

Altas torres y grandilocuentes cúpulas
Solo veían mis ventanas
Y en carruajes de caballos alados
Emprendía mis viajes a las orgías con la Virgen
Nunca se habló de muertes sobre las cubiertas de mi flota.

El tiempo solo debe asilarse
Sobre las ruedas del fuego.

Ahora
En estos huracanes inexpugnables por la belleza
Ya no las vendimias vienen a mis palacios caídos.

Larga mesa servida de aves muertas
Espera el festín de la destrucción
Banderas lóbregas lloran sobre un iceberg
Que corona el cielo.

Yo dormí en sendos palacios
Mas allá de las nubes de mi nacimiento.

Yo dormí en sendos palacios
Mas allá de las nubes de Marzo.




LOS TENTÁCULOS DEL ABISMO

Alguien vino a robar el alma en harapos de un inmortal. Su color era más triste que todos los cielos que se puedan imaginar. Yo frotaba mi arco de violín sobre una piedra de rosas y una araña me decía: Los paraísos más dulces están en las manos de tu cerebro. El brazo manco del tiempo pacía en el desierto. Un gallo que estaba loco hizo desaparecer para siempre la mañana. Las razas se bautizaron copulando escarcha sobre los alerones de una lechuza anciana. Afrodita incendió las ciudades de aquella alma del inmortal. Callarán los de noche bandoneones. No existen pentagramas en le lecho de los gorriones nuevos. La lámpara de la poesía debe usar siempre sangre. Una mujer destruirá los efectos esculturales de la ausencia.







LOS FAUCHOS DESIERTOS

Para Sergio Astudillo.


“Érase de un marinero que hizo un jardín junto al mar
y se metió a jardinero.
Estaba el jardín en flor y el marinero se fue
por esos mares de Dios.”

Antonio Machado


Campana solemne del mundo, los pasillos solares, las arboledas profundas que estarán sollozando igual en Transilvania que en el Maule. Ahora irán buscando tumbas en piedras como en el río, el cual al llegar a su fin, no se sabe con qué certeza si llega al mar, al cielo o bien huye de Dios y de su furia por alimentar a los hombres y en las tormentas antiguas, libera a sus muertos como ofrenda tardía al llanto colectivo de quienes lo contemplan. Piedras de retos, invocación al vació y a llanto de la vieja polis marítima, hojas en la altura sobre el cielo ahuecado; jamás navegarán sobre el humo de un cigarrillo herido. Sobre redes de viento anidan las gaviotas verdes y arpones blancos sepultaron a sus sueños. Los pintores entregaron sus copas tras la necesidad de la muerte. La destrucción de sus cromatismos catapultó sus funerales. Ellos decoraron sus cubiertas. Se ahogaron los relojes en que consistían sus nombres pintados y un helicóptero espantó a sus peces. Un viejo amigo ya anciano, sueña jornadas como capitán de los truenos en sus puentes desafiando a los dioses en el Egeo. Pero Nausícaa envió su alma en pedazos al trágico-heroico Odiseo y este lanzó al estrellato al los faluchos desiertos. Las amarras de las nubes sellaron sus destinos boca y tiempo abajo. Sobre sus fuegos fatuos el imperio de ese tiempo convocará a sus elementos ya iniciados y el terrible pozo, inciertamente nada, la ira mística de nuestro ateísmo, pues como De Rokha “Y nuestro ateísmo, nos hizo místicos”, los hizo gigantes pues son dioses vivos. Cayeron los fusiles y sus mástiles fueron transparentes por la amnesia de las cosas y se despertarán las campanas de las épocas y sus velas revivirán las equiparables distancias. Salud para siempre. Las ventanas quebradas en cada casa del puerto se despedirán de sus mujeres. Nunca regresarán porque están en la memoria de lo perentorio.